Gracia en las pruebas
El cristiano verdadero no usa la gracia como un pretexto
para pecar, sin embargo, como anda en la luz, está muy consciente de sus
pecados. Cuanto mas tiempo pase andando en la luz, más claramente y con más dolor verá sus pecados. Las cosas que antes no eran pecados para él, ahora las ve muy pecaminosas. Entonces no hay peligro que pasa lo que escribió el apóstol: “Si dijéramos que no tenemos
pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros” (1
Jn.1:8)
Una vez, reconociendo nuestro pecado, vemos la certidumbre
que todo lo que tenemos en Cristo, lo tenemos por la gracia. La búsqueda de Dios, el arrepentimiento,
la fe, el nuevo nacimiento, todo es por la gracia de Dios, operando en
nosotros. La posibilidad de andar cada día en el camino de Dios, conforme a la
voluntad de Dios, es una obra diariamente de la gracia de Dios. La posibilidad de acercarnos al trono de la gracia es solamente por la gracia... por la justicia conseguida en la cruz de Cristo.
Esto es lo que expresa el puritano en la siguiente oración:
Gracia en las pruebas
Padre de
las misericordias, Escúcheme por Jesús.
Soy
pecador aun cuando camino cerca de ti;
es por tu
misericordia por lo que no morí hace tiempo.
Tu gracia
me ha dado fe en la cruz
con la que
tú te reconciliaste conmigo y yo contigo,
atrayéndome
por medio de tu gran amor,
considerándome
inocente en Cristo, aunque fuera culpable por mí.
Dador de
todas las virtudes,
acudo a ti para recibir las fuerzas que me permitan mantenerlas en mí,
acudo a ti para recibir las fuerzas que me permitan mantenerlas en mí,
puesto que
es difícil poner en práctica mis creencias.
Los dardos
de Satanás me incendian rápidamente,
y el
escudo que debiera apagarlos
cae con
facilidad de mis manos:
Dame
fuerzas contra sus argucias y sus ataques.
Mantenme
consciente de mi debilidad
y de mi
dependencia en tu fuerza.
Que toda
prueba me enseñe más de tu paz,
más de tu
amor.
Tu
Espíritu Santo es entregado para incrementar tus virtudes,
y yo no
puedo mantenerlas o mejorarlas
a menos
que él obre de continuo en mí.
Que él
confirme mi confianza en la ayuda prometida,
y haz que
camine humildemente dependiendo de ti,
por Jesús.
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