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Lowell Brueckner

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12 - 18 Febrero Meditaciones diarias de los Salmos

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12 de Febrero Salmo 12:2-3

2. Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con
     doblez de corazón.
3. Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla
     jactanciosamente;

  ¿Cuánto de lo que hoy en día se llama comunión es lo que el salmista llama
mentira? ¿Qué es lo que oyes cuando los cristianos se reúnen para charlar y tomar
un café? El hobby del hombre con doblez de corazón es el cristianismo, pero la
mayoría de sus pensamientos, tiempo y energía se gastan en buscar las cosas del
mundo. No debe sorprendernos que sólo raras veces hable de Dios, aun cuando
está con sus compañeros cristianos. De la abundancia del corazón habla la boca.
Doblez de corazón y lisonja son hermanos. Aquel, cuyo pensamiento en Cristo
persevera porque en Él ha confiado (fíjate en Is. 26:3), cumple lo que Pablo dice:
“... desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo”. El que
busca ventajas mundanas, lisonjea para poder ganarlas.
  La lisonja o la adulación es el arte de hablar bien de nuestro prójimo, movido
por motivos egoístas. Me acuerdo de un joven lisonjero que nos visitaba, pero
lo que estaba buscando en realidad, era hallar un lugar donde desarrollar su
“ministerio”. La adulación desapareció cuando se le dejó claro que no íbamos
a abrir la puerta para que enseñase. Entonces empezó a difamar. El adulador
edifica tu ego mientras te utiliza para satisfacer el suyo. Es la carne reciprocando
la carne de otro, y esta práctica es muy común hoy en día. Sin embargo, Dios
aborrece la exaltación de la carne. La lisonja es como un árbol condenado. Sal
de su sombra antes de que te caiga encima.
 

13 de Febrero Salmo 12:3-5

3. Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla
     jactanciosamente;
4. A los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios
     son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?
5. Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me
     levantaré, dice Jehová; pondré en salvo al que por ello suspira.

  Estamos en el día de lenguas jactanciosas. Algunos hablan de la confesión
positiva, por la cual uno puede prevalecer con su lengua. Me parece a mí que han
hecho de sus labios un señor y dios soberano. En todas las áreas de la vida, el
hombre busca ventaja sobre los demás por el poder de la lengua. El que tiene
el don de debatir es declarado ganador. El que presenta su producto con palabras
persuasivas, vende. El más orador, es el más popular. Ten cuidado del vendedor,
sea religioso o no, que enfatiza el poder de hablar. Tal sabiduría es superficial,
arrogante y autogobernante. Pablo dijo que su predicación no fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración y poder del Espíritu
Santo. También dijo: “Conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan
envanecidos, porque el reino de Dios NO CONSISTE EN PALABRAS, sino en
poder”.
  ¡Ayúdanos, Señor! ¡Levántate en medio de este Babel en este día en que la
lengua exalta a los hombres, y ven a ayudar a personas sin letras e ignorantes!
Moisés fue “tardo en el habla y torpe de lengua”. Jeremías dijo: “No sé hablar,
porque soy niño”. “Serán todos enseñados por Dios”.


14 de Febrero Salmo 12:6-8

6. Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno
de tierra, purificada siete veces.
7. Tú, Jehová, los guardarás; de esta generación los preservarás para siempre.
8. Cercando andan los malos, cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los
hombres.

  El hablar no es insignificante cuando se trata de la palabra de Dios. Dios refina
Su palabra como la plata. Refinar la plata una vez es un proceso tremendo,
pero la palabra de Dios tiene que ser refinada siete veces. Todo engaño, lisonja,
exageración, orgullo y habilidad humana, tienen que subir a la superficie y
desaparecer, siguiendo el mismo proceso que la plata, que se calienta hasta hacerse
líquida y las impurezas que vienen a la superficie desaparecen en el aire. Las
palabras del Señor son más puras que la plata purificada siete veces. ¿Dónde está
el predicador que determina estar delante de la gente con la pura palabra de Dios
en su boca? Éste experimentará el fuego refinador. Comerá el libro de donde
profetiza, será digerido y fluirá por sus venas hacia todas las células de su ser.
  “Sed salvos de esta perversa generación”. ¡Oh Dios, guarda Tu palabra y a Tu
pueblo de este día perverso! “Los malos hombres y los engañadores irán de mal
en peor”, dijo el apóstol, pero la palabra de Dios será diferente, ya que tiene que
mantener su pureza eterna sin ser contaminada por las influencias que la rodean.
El pueblo de Dios, de igual manera, tiene que pasar por el proceso refinador.
Tenemos que dejar que el Señor Jesucristo lave nuestros pies, y entonces nosotros
tendremos que lavárnoslos continuamente unos a otros, para guardarlos limpios
del polvo pegajoso del mundo. Hace falta el testimonio de una palabra pura
por medio de vidas puras, ya que los malos, hoy en día, se jactan de cada
demostración de suciedad. ¡Ayúdanos Señor!


15 de Febrero Salmo 13:1-3

1. ¿Hasta cuando, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo
     esconderás tu rostro de mí?
2. ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada
     día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
3. Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma
     de muerte;

  Titularía este Salmo: “Un ruego por avivamiento personal”. Uno tiene que ser
completamente sincero y tener una dependencia total de Dios para poder cantar
un Salmo como éste. La persona que lo escribió confiaba en la misericordia de
Dios, y no estaba satisfecho con menos que el rostro de Dios sonriendo sobre él.
Otros pueden ir a las cisternas corrompidas si quieren, pero el que confía en Dios
esperará, anhelando que brote de su alma el manantial puro del cielo.
  Quizás ya había esperado mucho y, aunque pueda parecer que no aguanta más,
seguirá esperando. “¿A quién iremos? Tú...” Él está buscando el rostro brillante
de Dios para disipar la neblina que ha inundado su alma. Parece que la noche
se extiende hasta la eternidad. ¿Has estado alguna vez tan sumergido en nubes
de duda y temor, que desesperadamente buscabas un resquicio de luz o esperanza?
¿Has pasado por tiempos en los que la tristeza ha sido tu compañera cotidiana,
y en los que todas las evidencias parecían confirmar que tu alma estaba en manos
del enemigo para ser abofeteada?
  ¿Qué hay que hacer más que orar? La oración del que confía está llena de
exclamaciones como “¡oh!”. Sólo ruega y clama. Los ojos se cierran, no de sueño,
sino por la desconsolación y desesperación. ¿Es esto lo que sintieron los discípulos
en Getsemaní? (Lc. 22:45). Sí, no te equivocas, el alma del cristiano a menudo
pasa por luchas de vida o muerte. Dios no tiene un método para vencer esa
oscuridad. Su presencia es el único remedio. Las actitudes mentales no son
suficientes.


16 de Febrero Salmo 13:4-6

4. Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo
     resbalara.
5. Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación.
6. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien.

  Medita un poco sobre las intenciones de nuestro enemigo. El infierno, lleno de
odio, manda a sus siervos, sean espíritus u hombres, ir contra el que confía en
Dios. Conspiran para destruir Sus buenos propósitos. Dirigen sus flechas hacia
el corazón, jactándose de su habilidad como guerreros. ¿Terminarán finalmente
celebrando la victoria? En la oración, presentamos tales argumentos delante
del Señor.
  Gracias a Dios que existe una certeza inconmovible de cosas invisibles. Dios
no puede abandonar al alma que confía y depende de Su misericordia. Aunque
no es común, una madre puede dejar de compadecerse por el niño que hay en su
vientre, pero es imposible que Dios abandone al que depende de Él. Antes dejaría
de ser Rey de la Gloria. Nos regocijaremos después de la liberación. Las nubes
se disiparán y los enemigos retrocederán cuando entre la luz. Las canciones
abundarán, y las bendiciones fluirán del buen corazón del Señor. Los ojos se
abrirán para ver Su rostro, y Su vida correrá por todo el ser. ¡Sigue orando, tú que
estás desconsolado! ¡Canta, oh estéril! ¡Mueve tus labios, Ana, aunque no se oiga
tu voz! Demuestra que no estás satisfecha con menos que un seno lleno de la
abundancia de Dios. Tu enemiga hace que te acerques al Señor. “Y Jehová se
acordó de ella. Aconteció que… dio a luz a un hijo...” (Fíjate en 1 S. 1:7-20).


17 de Febrero Salmo 14:1-4

1. Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras
     abominables; no hay quien haga el bien.
2. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había
     algún entendido, que buscara a Dios.
3. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no
     hay ni siquiera uno.
4. ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi
     pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?

  Están los que confiesan ser ateos y con su boca niegan la existencia de Dios,
pero también existen los que verbalmente no le niegan, pero son ateos en la
práctica. Aquí el salmista se está refiriendo al segundo caso. El que es un ateísta
práctico niega a Dios con su mentalidad, hechos y hábitos, y también con la
manera de tratar los asuntos de la vida. Demuestra diariamente que no toma a
Dios en serio.
  El Espíritu Santo de las Escrituras describe a este tipo de hombre como necio.
En su corazón dice que no hay Dios, aunque su boca, que con hipocresía profesa
una creencia en Dios, le descubrirá como hipócrita en los momentos más sinceros.
También lo harán sus hechos. No ora, no busca a Dios, y no hay evidencias de
entendimiento espiritual en él.


18 de Febrero Salmo 14:3-7

3. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no
     hay ni siquiera uno.
4. ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi
     pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?
5. Ellos temblaron de espanto; porque Dios está con la generación de los justos.
6. Del consejo del pobre se han burlado, pero Jehová es su esperanza.
7. ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver
     a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

  El que practica el ateísmo no tiene entendimiento de Dios. Le ignora y se
mantiene de lo que saca de su propia despensa u otros recursos. Es algo totalmente
anormal que un ser creado niegue a su Hacedor. Una persona tiene que resistirse
y rebelarse en contra de la verdad para llegar a tal estado. Se hace corrupto y
perverso en toda su manera de vivir; sus obras son sucias y malignas. Es un
hombre que ha arrancado a Dios de toda su personalidad.
  El ateísmo presentado en este Salmo es un ateísmo universal. Todos hemos
sido corrompidos y nos hemos olvidado de Dios. En la búsqueda omnisciente de
Dios para encontrar a uno entre los hombres que fuera bueno, no halló ninguno.
Todos se desviaron, a una se han corrompido, no hay quien haga lo bueno, no
hay ni siquiera uno. (Ro. 3:9-12)
  Aun así, el salmista nombra a algunos como justos. Dice que son una generación,
y en este caso, la generación no tiene que ver con tiempo, sino con “genes”.
No se trata simplemente de hijos de hombres, sino, una nueva generación; personas
nuevas que han experimentado un nuevo nacimiento. Aunque una vez formaron
parte de los hijos corrompidos de los hombres y estaban entre todos los que eran
ateos, ahora han nacido de Dios. Son una nueva creación apartada de los demás.


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