¡Tendrás que renacer! Tercera Parte
Sigamos estudiando el nuevo nacimiento. Hay pocos otros estudios que serían tan importantes que estos. En este estudio especialmente, he citado mucho de lo que han escrito otros. Tenemos que ser muy dispuestos aprender de otros, porque hay tanto que nos falta entender sobre el asunto. He puesto de mi parte y te invito poner de tu parte en un cuaderno o en tu propio ordenador. El nuevo nacimiento es lo que marca el verdadero cristianismo y lo distinga de lo que es solamente religioso. Tiene que ver la mano de Dios obrando y la vida de Dios demostrándose en lo que es verdadero. Espero que desfrutéis...
IV. Una nueva creación. Un nuevo hombre por medio de
un nuevo nacimiento. Ef. 4:24… “Vestidos del nuevo hombre,
que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Él es un nuevo hombre y dice
Scofield, “es un nuevo hombre por haber sido participante
de la divina naturaleza y vida, (2Pe_1:4) y, en ningún sentido, es el hombre
viejo rehecho, o mejorado.
Después de haber recibido el perdón de los pecados, una persona recibe
también una nueva naturaleza que es compatible con la de Dios. En este estado,
él es reconciliado con Dios y una relación nueva y amistosa comienza. Pablo
describe esta transformación en el siguiente versículo y ésta ocurre en
cualquier persona y cada persona, en cualquier lugar en cualquier tiempo, no
importa la raza o nacionalidad; lo que pasará es lo siguiente: “De modo que si alguno está en Cristo, es
nueva criatura (algunas versiones tienen, una nueva creación… que es una
traducción mejor); las cosas viejas
pasaron; he aquí, son hechas nuevas” (2 Co.5:17). Si esta
transformación no ocurre, esa persona no ha nacido de nuevo y nadie debe
presumir que es un cristiano y que sus pecados son perdonados. ¡Le es necesario
nacer de nuevo! Ningún otro ser humano le puede ayudar con este nacimiento. Es
un milagro que solamente Dios sabe hacer.
John Wesley: “Solamente el poder que puede hacer un mundo, puede
crear un cristiano… Todo el tenor de sus acciones y conversaciones es nuevo y
él vive, como si estuviera en un mundo nuevo. Dios, el hombre, toda la
creación, la tierra, y todo lo que contiene, lo ve en una luz nueva y se
relaciona con él en una manera nueva, desde que fue creado nuevamente en Cristo
Jesús.”
Barnes: “Hay un esfuerzo de poder divino en la conversión
de un pecador, tan verdadero como hay en el hecho de crear el mundo de lo nada,
y ese poder es indispensable en un hecho, como en el otro… Hay un cambio tan
profundo, tan claro, tan completo, y tan permanente que es correcto decir,
‘Aquí hay una nueva creación de Dios’ – es una obra del poder divino tan
evidente y tan gloriosa, como cuando Dios creó todas las cosas de lo nada. No
hay un cambio moral que pueda tomar lugar en la tierra que es tan profundo, tan
radical, y tan entero, como en el cambió de la conversión. Y no hay otro a lo
cual pueda ser tan correcto atribuirlo al poder majestuoso de Dios.”
Lloyd-Jones: “Es un nacimiento sobrenatural, por eso produce una
vida sobrenatural. Un cristiano es un ser sobrenatural… Es algo que ha pasado
alguna vez y continúa siendo una realidad… Un evento ha tomado lugar y este
evento es la substancia del cristianismo. Es una transformación, un cambio
entero. El modo no importa. El verbo es de voz pasiva (es decir en 1
P.1:23): ‘habiendo sido renacido’. Dios
lo hace. Solamente Dios puede crear. Él produce algo, de lo que es nada. Es una
obra del Espíritu. El Espíritu revoloteaba (Gé.1:2). Él trajo orden al caos en el
principio. No es nada corruptible, es una semilla incorruptible.”
Martyn Lloyd-Jones refiere a la obra de anidación del Espíritu Santo en la
creación. El Espíritu Santo movía, pero la palabra hebrea expresa
mucho más; significa cernerse o
revolotearse, como un pájaro revolotea sobre su nido… por eso revolotear. La misma palabra es usada
solamente una vez más y está en Deuteronomio
32:11… “Como
el águila incita a su nidada, revoloteando sobre sus aguiluchos.” Esto indica pasión. No es simplemente una obra, es un
movimiento del corazón de Dios en el comienzo de la creación. La tierra estaba
desordenada, desocupada de todo,
menos las tinieblas. En tal desolación sin forma, de una noche sin fin, el
Espíritu Santo empiece a crear y el ser que ocupa Sus pensamientos es el
hombre. Él es un producto del amor creativo de Dios.
Ahora, la nueva creatura, el nuevo cristiano, es nacido del Espíritu,
cuando Él revolotea en amor y pasión sobre el caos de un vida humana. Toda la
vida fue “desolada y vacía, y había
tinieblas…” Fue menos que nada. Es de valor negativo, nada de lo que sea
bueno, pero mucho que sea malo. Una vez más, vemos Dios solo obrando y es una
obra indestructible que no puede perecer.
Barnes “El cambio es tan grande, que no hay nada
incorrecto, al hablar de alguien que lo ha experimentado, como “un nuevo
hombre”. Tiene nuevos sentimientos, principios y deseos. Ha dejado a un lado
sus antiguos principios y prácticas, y en todo lo que pertenece al carácter
moral, él es nuevo. Su cuerpo en verdad es lo mismo; la estructura intelectual
de su mente sigue siendo igual; pero ha habido un cambio en sus principios y
sentimientos que le hace, en cuanto de todos los propósitos importantes de la
vida, un ser nuevo. ¡Aprended! La regeneración no es un cambio insignificante.
No es un cambio de relaciones o de condiciones exteriores. No es sólo ser
traído del mundo a la iglesia, siendo bautizado, aunque sea por las manos más
santas; es mucho más. Ninguna de tales cosas hará que fuera correcto decir, “Él
es un nuevo hombre”. La regeneración por el Espíritu de Dios, sí.
El nuevo nacimiento nunca puede ser menos que siempre era… una obra
milagrosa de Dios. Sea avisado hoy en día de una salvación falsa, en la cual no
hay evidencia de Su obra. Esta es lo que cristianos anteriores llamaban una conversión espuria. Estaban refiriendo a
un nacimiento ilegítimo, porque esto es lo que quiere decir la palabra espuria. Siguen más definiciones: 2.
a. Semejante exteriormente o correspondiendo a algo sin tener sus cualidades
genuinos: sea falso b. semejante de
forma superficial, pero morfológicamente (hablando de forma y estructura)
diferente. 3. a. erróneamente atribuido u origen falsificado. b. de naturaleza
o calidad engañosa. Esta es un
problema monstruoso en la iglesia hoy y es producido por una enseñanza moderna
que adhiera a “una apariencia de piedad,
pero negarán su eficacia” (2 Ti.3:5). Esto fue el versículo que
me impulsó hacer este estudio sobre el nuevo nacimiento. La conversión espuria
es centrada en el hombre, porque el elemento espiritual ha sido casi totalmente
expulsado del cristianismo en nuestros tiempos. Como resultado entonces, para
nosotros, Dios no es una realidad.
Gálatas
6:15 “Porque ni la
circuncisión es algo, ni la incircuncisión, sino la nueva creación”. En este versículo está la
característica que califica la religión de Cristo y no hay otra. Nadie entra el
Reino de Dios… nadie entra el verdadero cristianismo… que no ha renacido a una
nueva creación. No hay más de que hablar; no podemos mencionar ninguna señal,
ningún hecho o derecho que podamos considerar que está en el mismo nivel de
importancia. Es una obra que solamente Dios mismo tiene que ejecutar,
infundiendo en la vida una naturaleza celestial. Nada menos sería
satisfactoria… nada hecho en un nivel humano. Por medio de la operación
exclusiva del Espíritu Santo, el candidato es transformado e introducido a la
sociedad de los altos privilegiados, certificados con ciudadanía celestial, y
calidad de carácter que está aparte de este mundo.
Barnes: “El hecho de que un hombre es creado de nuevo, o nacido de
nuevo, constituye la diferencia entre él y las otras gentes. Este es lo que
Cristo requiere; esta es lo que distingue el diseño que Él hace. No es por
conformarse a ciertos ritos y costumbres que hace que uno sea aceptable; no es
un rango elevado, o por riqueza, o hermosura, o sangre; no es por el color de
un rostro.”
1
Peter 1:3… “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo que según su gran misericordia nos hizo renacer para
una esperanza viva, por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los
muertos.”
Las alabanzas suben a Dios, como resultado del nuevo nacimiento. Él envió a Su
Hijo con este fin. El nuevo nacimiento es un producto de la misericordia de
Dios a una raza condenada y destinada a la muerte. Jesús lloró al observar la
dominancia de la muerte sobre Su pueblo y Sus amigos. Por la misericordia, Dios
nos ha dado la victoria sobre la muerte a una esperanza ganada por la
resurrección de Cristo…. por eso, es una esperanza viva. Hemos renacido a la
vida resucitada de Cristo que no puede volver a morir. Su resurrección demostró
que el Padre aceptó Su sacrificio, de tal modo que la muerte ya no tiene que
ver en el asunto. ¡La esperanza viva está por delante! La esperanza viva es la
que tuvo Abraham, cuando creyó contra esperanza. Fue una esperanza que tomó ese
cuerpo viejo, que no valía más que un cuerpo muerto, y por medio de ello
produjo vida.
1
Co.2:14… “Pero un hombre natural no acepta
las cosas del Espíritu de Dios, porque para el son necedad, y no puede
entenderlas porque se han de discernir espiritualmente.” Si un persona no puede
entender las Escrituras y constantemente las malinterpreta, es la prueba que no
ha nacido de nuevo. No es un problema intelectual o un resultado de no ser buen
estudiante. Aunque es la excusa muchas veces dada, es una mentira. No puede
captar las cosas espirituales… la enseñanza de la Biblia… porque no está
viviendo en la esfera donde se puede entender. Él es un hombre natural y el
Espíritu de Dios no mora en él. Aunque uno sea simple, aun analfabeta, captará
la verdad espiritual, si ha nacido de nuevo.
Henry: “El hombre natural es el hombre bajo el poder de la
corrupción, nunca iluminado por el Espíritu de Dios, lo que Judas llama
sensual, que no tiene el Espíritu (Jud.1:19). Los hombres no santificados no
reciben las cosas de Dios. El entendimiento, por la corrupción de la naturaleza
caída, y por la confirmación de tal desorden por su vida pecaminosa, es
totalmente incapaz de recibir los rayos de luz divina; tiene prejuicio contra
ellos. Las verdades de Dios son locuras a esta mente. El hombre las ve como
cosas insignificantes e impertinentes, que no valen la pena molestarse en
pensar en ellas. “La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la
comprende”, Juan.1:5… Las inclinaciones malvadas y los principios
malvados quitan el deseo de entrar a los pensamientos de Dios, en los asuntos
espirituales de Su Reino, y no permiten que se rinden a su fuerza y poder. Son
los rayos vivificadores del Espíritu de la verdad y la santidad que tiene que
ayudar a su mente discernir la excelencia de ellos, y tiene que hacerlo por
medio de una convicción de la verdad para que pueda con ganas recibirlos y
abrazarlos. Por eso, el hombre natural que es alejado del Espíritu de Dios, no
puede conocerlos, porque se han de discernir espiritualmente. El hombre natural
que es el hombre sabio del mundo (1
Co.1:19,20), el que es sabio según la
carne (v.26),
el que tiene la sabiduría del mundo, la sabiduría del hombre, nada recibe por
fe, ni puede reconocer su necesidad de la asistencia divina. Esto define el
carácter de los que pretendían tener filosofía, la sabiduría y la doctrina
griegas en aquel día. Tal hombre no recibe las cosas del Espíritu de Dios. La
revelación para él no es un principio de la ciencia; la mira como un delirio y
una ancianidad, los pensamientos extravagantes de algún soñador engañado. No es
la manera de ganar la sabiduría entre los maestros famosos del mundo; y por
esta razón no quiere tener el conocimiento de cosas que vienen por revelación,
porque solamente son discernidas espiritualmente, o dadas a conocer por la
revelación del Espíritu. Esto es algo que él no está dispuesto a reconocer como
un principio de la ciencia o del conocimiento.”
Lloyd-Jones: “Es un principio santo dentro de nosotros. Es
más que una influencia moral sobre el hombre (porque sí, los hombres pueden
cambiar así, pero este cambio no es el nuevo nacimiento).
V. Participantes (gr. Koinonoí expresa unión esencial) con la naturaleza divina. Este es según el ejemplo y la imagen de
Cristo. Aunque puede ser peligroso decirlo… que todo lector entienda que no
estamos hablando de formar deidades entre los hombres. Sin embargo, como el
hombre fue formado según la semejanza e imagen de Dios de la primera creación,
así más todavía en el nuevo nacimiento, hay una semejanza a Dios, por medio de
Cristo, en un nivel todavía más alto. Hay una nueva mentalidad, una nueva
manera de ver todas las cosas. Hay un corazón nuevo y una mente nueva. Es más
que el perdón o un esfuerzo de seguir el ejemplo de Cristo. Uno es perdonado y
nace de nuevo. Estamos hablando de la vida de Dios en el alma del hombre.
Wiersbe: “El niño herede la
naturaleza de sus padres, y también el hijo de Dios herede. Somos
“participantes con la naturaleza divina” (2
P.1:4).
Scofield: “El nuevo hombre
es Cristo “formado” en el creyente… “Sufro otra vez dolores de parto, hasta que
Cristo sea formado en vosotros” (Ga.4:19) y “revestido
del nuevo, el cual, conforme a la imagen
del que lo creó, se va renovando hasta un conocimiento pleno” (Col.3:10).
Clarke: “Se va renovando hasta un conocimiento pleno”… La ignorancia
fue la característica más evidente del estado pagano; el conocimiento es la del
cristiano. Lo más alto que el paganismo pretende es un cierto conocimiento de
la naturaleza. Hasta donde llegó, y que lejos de la verdad quedó, puede ser
observando en lo que escribieron Aristotle y Pliny. El cristianismo revela a
Dios mismo, el Autor de la naturaleza; o, mejor dicho, Dios se ha revelado en
el sistema cristiano, con lo cual ha bendecido la raza humana. El cristianismo
enseña a un hombre el verdadero conocimiento, ambos de si mismo y de Dios; sin
embargo es imposible conocerte si no te ves en la luz de Dios; el famoso dicho γνωθι σεαυτον, conócete, solo es práctico en la religión
cristiana.
“Conforme a la imagen
del que lo creó”… Ya hemos visto que Dios hizo el hombre en Su imagen; y
hemos visto en que consiste esta imagen. ¿No está refiriendo aquí el apóstol a
un artista que desea hacer una perfecta semejanza de alguna forma o persona
exquisita? Dios en este caso es el artista, el hombre es la copia, y Dios mismo
es el origen de lo cual la copia es formada. Así entonces, el hombre es hecho
por su Creador, no según la imagen o semejanza de cualquier otro ser, pero
según las Suyas, la imagen του Κτισαντος de su Creador. Por
eso el apóstol, interpretando las palabras de Moisés, dice que la imagen in la
cual el hombre fue hecho, y en la cual tiene que ser hecho de nuevo, ανακαινουμενον, recreado, consiste en el conocimiento, “en la justicia
y santidad de la verdad.”
Tozer: “Lo que entra en nuestras mentes al pensar de Dios es la cosa más
importante acerca de nosotros… Por una ley secreta del alma, tendemos
acercarnos hacia nuestra imagen mental de Dios…”
Wiersbe: “Pero nosotros todos, con rostro descubierto,
contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados
por el Espíritu, de gloria en gloria, en la misma imagen del Señor” (2 Co.3:18) Este
versículo presenta una verdad tan emocionante que me sorprendo que tantos
creyentes lo han pasado por alto… o lo han ignorado. ¡Tú y yo podemos compartir
la imagen de Jesucristo y movernos ‘de gloria en gloria’ por medio del
ministerio del Espíritu Santo! Bajo el Antiguo Pacto, Moisés solo ascendió al
monte y tuvo comunión con Dios; per bajo el Nuevo Pacto, todos los creyentes
tenemos el privilegio de la comunión con Él. Por medio de Jesucristo, podemos
entrar al Lugar Santísimo (He.10:19-20)… y ¡no tenemos que subir a una montaña! El ‘espejo’ es
un símbolo de la Palabra de Dios (Stg.1:22-25). Al mirar la Palabra de Dios y ver el Hijo de Dios, el
Espíritu nos transforma en la misma imagen de Dios. Es importante, sin embargo,
que no escondemos nada de Dios. Tenemos que estar abiertos y honestos con Él y
no poner ‘un velo’”.
1 Juan 3:2… “Amados, ahora
somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero
sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos semejantes a Él, porque lo
veremos tal como es.”
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