El día del Señor
“Estando en
espíritu en el día del Señor”
Apocalipsis 1:10
Temprano, el primer día de la semana |
Barnes:
En el día del Señor – Las palabras ofrecidas aquí como
“del Señor” (kuriake), ocurren solamente aquí y en 1 Co.11:20, donde se aplican
a la cena del Señor. Significa apropiadamente “perteneciente al Señor”; y, en
cuanto de esta palabra, puede significar un día “perteneciente al Señor”, en
cualquier sentido, o por cualquier razón; porque Él lo reclamó como Suyo, y lo
había apartado para Su propio servicio, o porque fue designado para conmemorar
algún evento importante perteneciente a Él, o porque fue observado honrándole.
Es claro:
1)
Que este refiere a algún día que fue distinto de todos
los otros días de la semana que sería designado suficientemente al usar este
término.
2)
Que fue un día que,
por alguna razón, fue reconocido especialmente como un día del Señor, o
consagrado especialmente a Él.
3)
También parece que
fue un día consagrado especialmente al Señor
Jesús; porque este es el significado natural de la palabra “Señor”,
utilizada en el Nuevo Testamento;
El término fue usado en general por los
cristianos primitivos, denotando el primer día de la semana. Ocurre dos veces en la epístola de Ignacio a los
Magnesianos (más o menos 101 d.C.), quien llama el día del Señor “la
reina y el príncipe de todos los días”. Chrysostom (347-407 d.C.) sobre el
Salmo 119 dice, “Fue llamado el día del Señor, porque el Señor se levantó de
los muertos aquel día.” Padres más tarde hicieron una distinción clara
entre “el Sábado” y “el día del Señor”, significando por el primero “el Sábado”
judaico, o el séptimo día de la semana, y por el último, el primer día de la
semana, guardado santo por los cristianos. Así Teodoret (393-457 d.C.) hablando
de los Ebionitos dice, “Ellos guardan el Sábado según la ley judaica, y
santifican el día del Señor como nosotros”. Lo que es lo más probable es que el
nombre fue dado al día, honrando el Señor Jesús, y porque se levantó de los
muertos aquel día. Nadie puede dudar que fuera un título dado al primer día de
la semana; por eso el pasaje comprueba:
1) que el día, desde el tiempo más
temprano, distinguido en alguna manera especial, para que, solamente al
mencionarlo, sería suficiente identificarlo en las mentes de aquellos a quienes
el apóstol escribió.
2) que, en algún sentido, fue reconocido
como consagrado al Señor Jesús, o que fue designado para conmemorar lo que
había hecho, y
3) que, si ese libro fue escrito por el
apóstol Juan, observar aquel día tiene la autorización apostólica. Él,
evidentemente, de acuerdo con una costumbre prevaleciente, dedicó ese día en
honor del Señor Jesús. Aunque estuvo solo, en ese día fue ocupado en actos
de devoción. Aunque estuvo lejos de algún santuario, él se gozó lo que
todos los cristianos esperan gozar en tal día de descanso, y lo que no pocos de hecho se gozan al observarlo. También
en esta declaración, podemos notar:
a) que fuera del santuario y privado de sus
privilegios, debemos de todos modos no fallar en observar el sábado cristiano. (anotación: Los antiguos escritores referían a domingo
como el sábado cristiano) Si estamos en la cama por alguna enfermedad, si estamos
en una tierra de extranjeros, si sobre el mar, si en un clima extranjero, si
sobre una isla solitaria, como Juan, donde no tenemos algún ventaja de
adoración publica, siempre debemos honrar al sábado. Debemos adorar a Dios
estando solos, si no tenemos quienes se junten con nosotros; debemos
demostrarlo a ellos en nuestro rededor, si estamos con extranjeros, por nuestra
manera de vestir y nuestra conversación, por una manera devota y seria, por
dejar a los labores, y por descansar de viajar, que nosotros reconocemos este
día como apartado devotamente para Dios.
b) Podemos esperar, en tales
circunstancias, que con una observancia devota del día, que Dios pudiera tener
un encuentro con nosotros para bendecirnos. Fue en una isla solitaria, lejos
del santuario y de la sociedad de amigos cristianos, que el Salvador tuvo un
encuentro con “el discípulo amado”, y podemos confiar que nosotros
experimentaremos lo mismo. Porque sobre tal isla desierta, en un bosque
solitario, sobre el mar, o entre extranjeros en una tierra extranjera, es tan
fácil que Él se encuentre con nosotros como en algún santuario, donde nos hemos
acostumbrado adorar, rodeado de todos los privilegios de una tierra cristiana.
Ningún hombre, afuera o dentro de su ambiente, entre amigos o extranjeros,
gozándose de los privilegios del santuario, o privado de estos privilegios, ha
guardado el sábado cristiano en una manera devota sin recibir provecho a su
propio alma: y, al estar privado de los privilegios de adoración publica, las
visitaciones del Salvador a su alma puede recompensar todas las privaciones.
¿Quién no quisiera estar abandonado a una isla como Patmos, si allí pudiera
gozarse de una visión gloriosa del Redentor, como Juan recibió allí?
Clarke:
El día del Señor… El primer día de la semana, observado como el sábado
cristiano, porque en ese día Jesucristo se levantó de los muertos: por eso fue
llamado el día del Señor y tomó el lugar del sábado judaico en todo el mundo
cristiano.
Henry:
3. El día y el tiempo en los cuales él tuvo esta visión: fue el día del Señor, el día que Cristo
separó y guardó para sí mismo, como la comunión se llama la cena del Señor. Seguramente, no puede ser menos que el sábado
cristiano, el primer día de la semana, para que fuese observado, recordando de
la resurrección de Cristo. Que nosotros que le llamamos nuestro Señor le honremos en Su día, el día que ha hecho el Señor,
en lo cual debemos gozarnos.
4. El estado en lo cual Juan estaba en ese día: Estando en el Espíritu. No estaba solamente en un rapto al recibir
la visión, sino antes que la recibió; estaba en un estado serio, celestial, y
espiritual, bajo las gratas influencias benditas del Espíritu de Dios. Dios
normalmente prepara las almas de Su pueblo para recibir manifestaciones
especiales de sí mismo por las influencias vivificantes y santificantes de Su
buen Espíritu. Los que quieren gozar la comunión con Dios en el día del Señor
deben intentar de abstenerse de los pensamientos y afecciones de la carne y de
cosas carnales, y estar totalmente ocupados con las cosas de una naturaleza
espiritual.
JFB
…en el día del Señor… Aunque esforzadamente separado de la
comunión de la iglesia y sus hermanos en el santuario en el día del Señor, la
conmemoración semanal de la resurrección, Juan tenía comunión espiritual con
ellos. Este fue la primera vez que fue usado el término, “el día del Señor”. Sin embargo la consagración del día
para adorar, dar dádivas, y para “la cena del Señor”, es implicado en los
Hechos 20:7; 1 Co.16:2 (compara con John 20:19-26). El nombre corresponde con
“La cena del Señor” (1 Co.11:20). Parece que Ignacio refiere al “día del Señor
(Epístola a los magnesianos, 9) y Irenaeus (en la primera parte del Tercer
Siglo… a.C. 202, Quaest ad Orthod, 115). Justin Martyr (100-165 a.C., Apology,
2.98), etc., “En el domingo tenemos nuestra reunión unida; porque fue en el
primer día de la semana, en el cual Dios, habiendo quitado las tinieblas y el
caos, hizo el mundo, y Jesucristo nuestro Salvador se levantó de la muerte. En
el día antes del sábado le crucificaron, y en el día después del sábado, que es
el domingo, habiendo aparecido a Sus apóstoles y discípulos, les enseñó estas
cosas”. Obviamente refiriendo al día del Señor, Pliny (Epistles, libro X,
p.97), “Los cristianos en un día fijado antes
de la madrugada se reúnen y cantan un himno a Cristo como Dios”, etc. Tertullian
(160-220, The Chaplet, 3), “En el día del Señor, nosotros lo vemos incorrecto
ayunar”. Melito, obispo de Sardis (2º Siglo), escribió un libro sobre el día del Señor (Eusebius 4.26).
También, Dionysius de Corinto, en Eusebius (Historia eclesiástica 4.23, 8). Clemente
de Alexandria (Miscellanies, 5. Y 7.12); Origen (contra Celsus, 8.22). La
teoría que el día del Señor significa el
día de la Segunda Venida, no puede ser comprobada. (anotación: aunque en español es
igual)… es
diferente en la forma del lenguaje griego (la forma de una es posesiva y de la
otra es adjetiva), y uno siempre significa nuestro domingo.
“Uno ciertamente considera un día superior
a otro día; pero otro considera igual todo día. Cado uno esté plenamente
convencido en su propia mente.” Romanos.14:5
Como este es el texto normalmente citado en
los argumentos contra el domingo, como un día especial, apartado para el Señor,
vamos a ver de nuevo los puntos de vista de los comentaristas.
Barnes:
“Uno considera… griego krinei, “juzga”. La palabra aquí es correctamente
traducido “considera”: Compara Hch.13:46; 16:15. La palabra originalmente dio
la idea de “separar” y “discernir”, en el hecho de juzgar. La expresión
significa que uno dará un valor más alto de un día, más que los otros, o lo
considerará más sagrado que otros. Esto fue el caso con los judíos en general
que consideraba especialmente más sagrados los días de sus festivales, ayunos y
sábados, y que mantenían a un alto grado sus ideas anteriores, aun cuando se
convirtieron al cristianismo.
Igual todo día… La palabra “igual”
ocurre en algunas traducciones (anotación: como el
RV 1960), pero no está en el griego original, y puede sugerir una idea que el apóstol no quiso
proponer. El pasaje significa que él considera “cada día” como consagrado al
Señor (Ro.14:6). La cuestión provoca a algunos preguntar si el apóstol no
intenta también incluir el sábado cristiano. ¿Quiere decir que es “indiferente”
si observamos ese día, o si lo podemos usar para los negocios o diversiones
ordinarios? Es una pregunta muy importante sobre el día del Señor.
Otro “considera”… “Otro” significa el cristiano “gentil”. Como
no ha sido criado entre las costumbres judías, y porque ellos no han digerido
sus opiniones y prejuicios, no estimaría estos días con la misma reverencia
especial. Al señalar estos días, está refiriendo especialmente “a los judíos”.
Fueron mandados guardar sus días como un pueblo apartado, y también para
preparar la nación para la “realidad”, de la cual los ritos eran solamente una
sombra. Cuando vino el Mesías, la Pascua, la
Fiesta de Tabernáculos, y los otros festivales especiales de los judíos, por
supuesto, se desaparecieron, y es perfectamente claro que los apóstoles nunca
quisieron esforzar sus observancias sobre los gentiles convertidos.
Es claro por las siguientes consideraciones
que el apóstol no quiso decir que fue indiferente, si el día fuese guardado
como santo, o designado a los negocios o diversiones. 1) La discusión
refería solamente a las costumbres especiales de los judíos, a los ritos y
costumbres que ellos intentarían imponer sobre los gentiles, y no a cualquier
cuestión que tenía que ver con cristianos, como cristianos. Tenía que ver con
“alimentos” y observancias entre los judíos, y a sus normas sobre las carnes
ofrecidas a los ídolos, etc. No hay ninguna razón suponer que el tema del día
de Señor es introducido por Pablo aquí; sería igual suponer que estaría
avanzando principios contra el bautismo o la cena del Señor.
2) “El día del Señor” sin duda fue
observado por todos los cristianos de igual manera, convertidos de entre los
judíos o de los gentiles (1 Co.16:2; Hch.20:7; Apoc.1:10). Observar ese día
nunca fue un asunto de controversia. La única cuestión tenía que ver con añadir
a ese día, la observancia de los sábados judaicos, y sus días festivos y
ayunos.
3) Expresadamente dice el texto que él que
no hace caso al día, para el Señor no lo hace… por honrar a Dios no lo hacía
caso. Lo hizo como asunto de respeto a Él y a Sus instituciones, para
promocionar Su gloria, y avanzar a Su Reino. Los que no respetan al sábado
cristiano ¿lo han hecho para honrar al Señor alguna vez? ¿Fue su meta alguna
vez honrarle y avanzar en el conocimiento de Él, por desatender a Su día?
¿Quién no sabe que el sábado cristiano nunca ha sido desatendido o profanado
con el deseo de glorificar el Señor Jesús, o para avanzar a Su Reino? No, los
que lo desatienden lo hacen con el propósito avanzar los negocios, la ganancia,
la guerra, la diversión, la disipación, hacer visitas y cometer crímenes. Pero
cuando el corazón se llena con un deseo sincero de “honrar al Señor Jesús”, el
sábado cristiano será reverenciado y entregado a los propósitos de la piedad.
Así que, si una persona quiere argumentar que “este pasaje” es una excusa para
profanar el sábado, y utilizarlo para el placer o la ganancia, que cite el
pasaje “exactamente como es”, sea “que desatienda el sábado con un deseo de
conciencia para honrar a Jesucristo”. Si este no sea su motivo, el pasaje no le
sirve, y uno que quebranta el sábado nunca fue influenciado por tal motivo.
Clarke
“Uno ciertamente considera un día
superior a otro día… Posiblemente la palabra día (en
griego) es usado aquí para denotar un tiempo, un festival y tales cosas, porque
es usada así muchas veces. Aquí está refiriendo a las instituciones judaicas
y especialmente sus festivales; como la Pascua, el Pentecostés, La fiesta
de Tabernáculos, Nueva Luna, el Jubileo, etc. El judío convertido todavía
pensaba que tenía una obligación moral de guardarlos; el cristiano gentil por
no haber sido criado de esta manera, no tuvo prejuicios. Y como los
instrumentos humanos que le trajo al conocimiento de Dios no le dieron tales obligaciones,
como consecuencia no les pagó ningún respeto religioso.
Otro… El gentil convertido considera todo
día… considera que todo tiempo es del Señor, y que cada día debe ser consagrado
a la gloria de Dios; y que estos festivales no le tiene atado.
Añadimos “igual” y hacemos que el texto dice algo que no fue la
intención del apóstol, sea que no hay distinción de días, ni el sábado; y
que cada cristiano tiene la libertad de juzgar si aún este día sea santo o no, como fuera
convencido en su propia mente.
Henry
Ro. 14:6 “El que tiene en estima el día…” El que tiene su conciencia obligada observar los ayunos y festivales
judaicos, sin imponerlos sobre otros, ni poniendo énfasis sobre ello, sino que
quiere estar seguro de no estar fallando, pensando que no hace daño en
descansar de sus labores terrenales y adorar a Dios en esos días… que esto está
bien. (anotación: Henry no comenta más, pero
también comentando sobre Apocalipsis 1:10, él observa que “el día del Señor” es
un día apartado para Dios, y como otros, ve que Pablo refiere a los días
festivos de los judíos.)
JFB
“Uno, ciertamente, considera un día
superior a otro día; pero otro considera todo día”… El suplemento “igual” debe ser
quitado, porque daña el sentido.
Cada uno esté plenamente convencido
en su propia mente… sea dirigido por sus convicciones de consciencia en tales cosas.
Wesley
Ro. 14:5
Un día superior a otro día… como nuevas lunas y otros festivales
judaicos. Que cada uno sea plenamente persuadido… persuadido que es legal,
antes que lo hace.
……………..
No cabe duda que hay en los Evangelios un énfasis dado sobre el hecho que
la resurrección de Cristo tomó lugar en el primer día de la semana (Jn.20:1), y
el hecho que Él tuvo encuentros con sus discípulos subsecuentemente en el
primer día de la semana (Jn.10:19, 26). Siete semanas después, el día de
pentecostés tuvo lugar en el primer día de la semana. Leemos, mientras que la
iglesia siguió formándose en el primer siglo, que el primer día de la semana
fue para los primeros cristianos su día normal de reunirse (Hch.20:7; 1
Co.16:2); pienso ciertamente que fue para honrar a Su resurrección. Creo
también que ellos concluyeron, por las apariencias de Jesús y también por el
pentecostés, que Él había elegido ese primer
día para que ellos refrescaran sus almas, poniendo la atención
concentradamente en Él y Sus propósitos (contrastado a los judíos, que tuvieron
como especial el último día de la
semana). La observancia cristiana corresponde con el mandamiento del Señor,
“Buscad primeramente el Reino d Dios.” La práctica continuó en el segundo siglo,
y también en el 3º, 4º, 5º, como hemos observado, y así por toda la historia de
la iglesia.
No
es nada difícil también observar que este honor especial a Cristo ha sido
desafiado por el diablo, quien ha tenido éxito en remover todo lo que los primeros
cristianos hallaron sagrado en aquel día. En algunos calendarios europeos, el
domingo ha sido cambiado de sitio, al último día de la semana. Yo me acuerdo en
mi juventud, cuando el domingo cayó frente al comercialismo, mientras los
cristianos lucharon contra esta tendencia. Cuando primeramente mudamos a
Alemania, vimos a todas las tiendas cerradas en el domingo. ¡Que refrescante
era, ni tener que pensar sobre comprar algo o hacer algún negocio! Pudimos
concentrar totalmente en las cosas de Dios y preparar nuestra alma para la
semana venidera.
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