El buen Pastor y las ovejas Suyas
Antes de leer el siguiente artículo, ¿Quieres leer John 10:10-21?
Estoy
dando clases por la radio sobre el Evangelio de Juan y al estudiarlo de nuevo con
intensidad, he visto que tiene el propósito de llevarnos a una intimidad con
Dios. Nos demuestra que la fuente de esta intimidad es la que hay entre el
Padre y el Hijo, y Jesús ora al Padre que nosotros podamos entrar en la misma
unidad y en el mismo amor. En nuestro pasaje vemos la intimidad entre Él y Sus
ovejas.
Si
nos hemos familiarizado mucho con porciones de la Biblia como esta, existe el
peligro que no nos impresiona, ni nos sorprende, como en el principio. Tenemos
que tener cuidado que no perdamos nunca la maravilla que es el evangelio y la
maravilla que es el Protagonista quien Juan presenta como el Hijo de Dios en
carne. Me acuerdo de estar en Bethlehem Baptist Church en Minneapolis, la
iglesia de John Piper, y Piper predicó sobre Romanos 1:16 “Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo el que
cree..” y habló de cómo el evangelio sigue afectando, no solamente al incrédulo,
sino también al creyente todo su vida y para la eternidad. Después cantamos la
última estrofa de un himno, titulado “Me encanta contar la historia” y la
estrofa dice, “…porque los que la conocen más, parecen ser tan hambrientos y
sedientes escucharla, como el resto (sea como los que no lo conocen bien). Tenemos
por delante la enseñanza sobre el buen Pastor y Sus ovejas, y si esta enseñanza
es nueva para algunos o para otros, muy conocida, vamos todas a prestarla
atención.
Nunca se me olvida, mientras que viajamos por una carretera principal en
Méjico, desde Saltillo hacía la ciudad de Méjico, por alguna razón, el tráfico se
moderó y pronto llegamos a una escena horrible e inolvidable. Esparcidas en la carretera
hubo como cuatro o cinco ovejas sangrentas y muertas y en medio de ellas,
también tirado, un niño pastor. Sí, muchas veces fue el trabajo de los niños menores
de la familia en Méjico cuidar al rebaño, mientras que los hijos más grandes
atendieron trabajos más importantes.
Vemos lo mismo en la Biblia. Tres hermanos mayores de David eran militares y él tenía que cuidar al rebaño. Al mandarle
su padre, Isaí, llevar alimento al campo de batalla y traerle noticias, puedes
escuchar el desprecio en las palabras del hermano mayor, Eliab: “¿Para qué has venido? ¿Con quién dejaste
esas pocas ovejas en el desierto?” ¿Te acuerdas de la historia de la visita
de Samuel a la casa de Isaí, y como el joven pastor en la familia no fue
invitado a la fiesta? Un salmista llamado Asaf, nos recuerda de la historia de
David… Salmo 78:70-72: “(Dios) escogió á
David su siervo, a quien sacó de entre los apriscos del rebaño, Lo trajo de detrás las paridas, para que
apacentara á Jacob su pueblo, y á Israel su heredad. Los pastoreó conforme a la
integridad de su corazón; Y los guió con
la destreza de sus manos.”
Dios ve que, por ser pastor, fuera una buena preparación para el día cuando
David llegaría ser el rey. Dios lo ve
conveniente tratar con pastores y que las experiencias en este humilde trabajo
sean útiles para después pastorear el grey de Dios. Lo mismo hizo con Moisés.
Amós también fue un pastor, que pastoreaba no muy lejos de donde lo hizo David.
Fueron los pastores de Belén que los
ángeles avisaron del nacimiento del Cristo y ellos fueron anunciando las
noticias en todas partes.
Nos debe sorprender, creo, que de los muchos títulos que Jesús hubiera
podido elegir para presentar su relación y oficio con Sus discípulos y todos
los creyentes, eligió a este… el buen
Pastor. Me hace pensar en otros pastores que para mí son muy importantes;
en primer lugar, mi padre. Me acuerdo a mi abuelo presentarle con mucho orgullo
a unos amigos suyos… “Quiero presentaros mi hijo; él es MINISTRO.” Bueno, mi
padre tuvo un total de seis años de estudio en el colegio. O el autor preferido
de quien oigo siempre más en distintos partes del mundo… A. W. Tozer, o debo
decir, el Dr. Tozer. No consiguió su doctorado por un intento personal,
sino fue un título de honor, obsequiado de
un seminario, imagino, porque Tozer solamente tuvo ocho años totales de
estudios públicos. Al escucharle, aunque uno es asombrado por un vocabulario
estupendo, también detecta el acento de alguien criado en el campo. Dr. Martyn
Lloyd-Jones ha de ser uno de los autores más leídos en Europa. Pero el
doctorado de Lloyd-Jones no fue de un teólogo, sino de un médico. Los líderes
de su denominación le suplicaban mucho que estudiara en su escuela bíblica,
pero nunca pudieron persuadirle. Quiero
mencionar a Spurgeon que creía que alguien se había equivocado, cuando recibió
la invitación de predicar en Londres, porque solamente tenía 19 años y el
acento de un aldeano. En esa reunión sólo había unas 80 personas, pero al
pedirle ser su pastor, la iglesia creció rápidamente y pronto era necesario
construir un edificio más grande para atender a la gente. Ahora le llamamos “el
príncipe de los predicadores”.
No habéis oído del Pastor Herman Williams, ¿verdad? Porque fue un niño
enfermo, Herman no iba a la escuela en su reserva navaja en Arizona, USA, ni
aprendió hablar inglés hasta tener unos 20 años, Él sí fue literalmente un
pastor que cuidaba las ovejas de su abuelo. Su abuelo era un “hombre de
medicina”, que también puede ser llamado, un hechicero. Estando solo en el
campo, Herman escuchó voces y en las noches no pudo dormir sin tener una luz
encendida. Después que aprendió inglés, fue vagando por una gran parte del
oeste de los EEUU, trabajando en campos de algodón o vegetales, peleando, emborrachándose,
y montando toros en los rodeos, hasta llegar a Montana. Allí trabajaba por un
granjero cristiano. Se arrodilló con la
familia cuando hicieron sus oraciones y la acompañó a la iglesia. Una tarde, el
Espíritu Santo le señaló a Jesús. Pensó que Jesús era el Dios de la gente
blanca, pero cuando le encontró, descubrió una paz que le tomó totalmente por
sorpresa. Yendo en el coche del granjero, pensó sobre cuanto tiempo pudiera
durar esta tranquilidad que ya sintió muy dentro de su ser. Yo le oí dar su
testimonio y decir, “Ha pasado más que 40 años y todavía está”.
Esa noche la esposa del granjero le regaló una Biblia, nueva y muy costosa.
Herman la llevó a su habitación y la abrió sobre su cama. Arrodillándose frente
a la Biblia, empezó a llorar. Había tenido un encuentro con Jesús, pero no
podía saber más de Él, porque nunca aprendió a leer y no le sería posible
estudiar Su palabra. Las lágrimas cayeron del punto de su nariz sobre la
Biblia. La dejó con arrugas y siempre se abrió sola a la misma página.
Cristianos jóvenes ayudaron a Herman memorizar versículos y un día una chica
tomó la Biblia de Herman para enseñarle un versículo. La Biblia se abrió sola
donde siempre y la chica mirándole preguntó de las arrugas, pero Herman no
quiso hablar a una chica de haber llorado. Los ojos de ella volvieron a la
página y ella exclamó, “Pero Herman, aquí mismo, donde está arrugada, hay un
versículo magnífico para memorizar. Dice, ‘Clama
a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces’”. Herman solía hacer una pausa por unos segundos al contar esta
historia y entonces continuaba con una voz solemne: “Y Dios lo ha hecho.” El
buen pastor tomó ese nuevo cordero navajo, le enseñó a leer y después le usó
para evangelizar y enseñar al pueblo nativo en USA y Canadá. Aún le puso como
director de una escuela bíblica para nativos. Fui a visitarle en Arizona pocos
años antes que murió y me llevó a su despacho. Había tantos libros que no
dejaron ver a las paredes. Dije, “¿Herman cuantos libros hay?” Contestó, “Como
1.500.” “¿Y los has leído?” “Casi todos”, contestó.
Los pastores de las iglesias, en primer lugar, deben tener un llamamiento
de parte del buen Pastor. También tienen que ser preparados por Él para este ministerio.
Deben reconocer lo humilde que es su posición. De esta porción del Evangelio de
Juan, aprendemos mucho en cuanto del ministerio de Jesús:
1.
La primera cosa que debemos saber en cuanto de este buen Pastor es que es manso
y humilde de corazón y guía a los que son de corazón contrito. Como Dios dice
por medio de Su profeta Isaías, “Estoy
con los de espíritu humilde y quebrantado, para reanimar al de espíritu humilde
y vivificar el corazón quebrantado.”
2.
Es un generoso Pastor… Yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia (10). Esta es la lección que vemos cuando Jesús
alimentó a los 5.000 hombres y sus familias. El discípulo pensó en lo que no bastaría para que cada uno tuviera un
poco. Jesús les dio hasta saciarse y
aún sobraron doce canastas.
3.
Es un Pastor amoroso que le importa cada oveja y se sacrifica por ellas. Yo
soy el buen pastor, y conozco las mías, y las mías me conocen, así como el
Padre me conoce y Yo conozco al Padre, y pongo mi vida por las ovejas
(v.13-15).
4.
Es un Pastor incansable que siempre busca añadir a su rebaño También
tengo otras ovejas que no son de este redil; también a ellas debo traer, y
oirán mi voz, y vendrán a ser un solo rebaño, y un solo Pastor (v.16).
5.
Es un Pastor todopoderoso y de una autoridad absoluta. Yo pongo mi vida para volverla a
tomar. Nadie me la quita, sino que Yo la pongo de mí mismo. Tengo autoridad
para ponerla y tengo autoridad para volverla a tomar (v.17-18).
6.
Es un Pastor que provoca problemas. Donde sea y cuando sea, al proclamar Su
nombre, causa divisiones Volvió a haber división entre los judíos por
estas palabras. (v.19). Su evangelio causa problemas y los que lo
llevan serán perseguidos.
También quiero mencionar tres contrastes con el
buen Pastor que se encuentran aquí:
1. En versículo 10: Entre Jesús
y el ladrón… “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido
para que tengan vida.
2.
En versículo 12-15: Entre Jesús y el asalariado… El asalariado y que no es pastor,
de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y abandona las ovejas y
huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; porque es asalariado y no le
importan las ovejas… conozco las mías, y las mías me conocen, así como el Padre
me conoce y Yo conozco al Padre, y pongo mi vida por las ovejas. No pierde
ninguna (v.28). Tenemos ejemplos de como llamó por nombre a Zaqueo, y después
de Su resurrección, a María, quien no le reconoció, hasta la llamó por nombre.
En el libro de los Hechos, Él llama, “Saulo, Saulo, porque me persigues.
3. En versículo 20-21: Un endemoniado y el buen
Pastor, Demonio tiene y está fuera
de sí.
¿Por qué lo oís? Otros decían: Estas palabras no son de un endemoniado.
¿Puede acaso
un demonio restaurar ojos de ciegos? El endemoniado habla y actúa
sin
autorización celestial, pero de Jesús se oyó decir que nunca habló hombre como
este. El
reino de tinieblas no puede dar luz, pero este alumbra a todo hombre que
cree
en Él.
“Jehová (el nombre de Dios que significa Su
señorío) es mi pastor” dijo David, Tiene que ser Señor, porque Sus ovejas tienen
que seguirle confiadamente y exclusivamente. Muchas veces tienen que salir sin
saber a donde van. El caso de Abraham no fue alguna excepción, sino un
principio. Felipe (Hch.8:26-30) estaba en Samaria cuando un ángel le instruyó
tomar el camino que bajaba de Jerusalén hasta Gaza, pero no le dijo hasta donde
ni para que. ¡Que paseo era desde Samaria a Gaza! Era más que cien kilómetros y
no sabemos donde encontró el etíope. Pedro
(9:31-todo el capítulo 10:) el apóstol en Jerusalén salió sin saber cual sería
su destino. Sanó a un paralizado en Lida, levantó a una mujer muerta en Jope,
pero es obvio que el propósito de su viaje era llegar a Cesarea. Entonces tenemos
en capítulo 16, la historia de cómo Pablo y su equipo cruzaron la gran parte
que ahora es Turquía, desde el este hasta la costa del oeste sin saber a donde
iban.
Así es la vida de la oveja que sigue el buen Pastor. No la da el mapa,
señalando hasta donde puede llegar en esta vida, ni la deja independientemente buscar
su camino. Su palabra es una lámpara para los pies, no para una distancia larga.
Momento tras momento tiene que estar cerca del Pastor, escuchando Su voz,
experimentando Su mansedumbre, su generosidad, Su amor, Su poder, y compartir Su
misión y Su vituperio. La confianza y la entrega tienen que ser completas.
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