Las palabras y los hechos descubren el corazón
No vamos a escribir toda la porción de la
Escritura en este artículo. Espero que tengas la Biblia abierta y me sigas al
intentar una lección expositiva.
4. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 3
Ni una sola palabra en la Biblia es insignificante o sin motivo. Al principio del capítulo 3 tenemos dos palabras, a las cuales normalmente no hacemos mucho caso: “He aquí” o “¡pon atención!” Ahora, quita tus ojos y oídos de todo lo demás, y enfócate en la Palabra de Dios. Deja a un lado todos los medios de comunicación, las noticias, los eventos mundiales, la enseñanza e información, y enfócate en el profeta Isaías, el hombre que está escuchando a Dios. Lo que Dios comunica tiene mucho más valor para tu alma. Estate seguro de que obtienes la palabra de parte de Dios. Es una palabra que nunca muere y que conserva el mismo valor que tenía cuando fue proclamada por primera vez. Jesús sabía que Isaías también estaba hablando al pueblo en Su día, y nosotros debemos saber que la palabra viva también habla a nuestra generación.
Un
liderazgo incompetente
En el primer versículo, Dios
es presentado como el Soberano, el Señor absoluto sobre todo… Señor sobre todos
los señores. Jehová sabaot quiere
decir Jehová de los Ejércitos. Él es
el capitán de innumerables ejércitos y los alista de donde Él quiere: ángeles
del cielo u hombres de la tierra. No fallará en llevar a cabo todo lo que ha
dicho que hará. Si Dios está a favor nuestro, ¿quién contra nosotros? Si Dios
está contra nosotros, ¿quién a nuestro favor? No importa quienes seamos o
nuestra posición en la historia… no queremos tener a Dios como enemigo.
Él ha dicho que aparta de
Jerusalén y Judá su suministro de agua y pan (v.1). Es una declaración que
amenaza sus reservas y recursos en general. Sin embargo, una nación puede ser
rica en agua, agricultura y minerales, pero su recurso más importante es su
pueblo, y lo que tenemos aquí es una lista detallada del liderazgo de Judá. Los
líderes físicos, los artesanos, los guías espirituales, los maestros y los
oficiales militares, serán removidos (vs.2-3).
Una juventud sin principios
tomará su lugar, levantándose contra los hombres honorables de la generación
pasada. Los ancianos estimaban el liderazgo como una responsabilidad sagrada,
pero estos sinvergüenzas inmaduros están jugando caprichosamente a juegos de
poder. No tienen ninguna intención de ser siervos civiles. Lo que les motiva es
la ganancia personal a costa de los ciudadanos. Son opresivos (vs.4-5), por lo cual
la sociedad va degradándose.
Será difícil encontrar
líderes competentes, porque nadie quiere tomar las riendas de un pueblo
arruinado, a pesar de tener un pasado glorioso. No hay honor en ninguna
posición que ha sido desvestida de su carácter moral (vs.6-7). En los días de
Zacarías, la profecía de Isaías se había desarrollado tanto que el oficio de un
profeta era despreciado: “Dirá: No soy profeta, sino labrador de la tierra” (Zac.13:5).
El Señor mandó a Zacarías: “Apacienta las ovejas de la matanza”, y Zacarías
obedeció: “Apacenté pues a las ovejas de la matanza” (Zac.11:4,7).
Palabras
y hechos que revelan un corazón malvado
“¡Generación de víboras!
¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del
corazón habla la boca”, dijo Jesús (Mt.12:34). El corazón era rebelde y la
boca, finalmente, respondió a la influencia dominante del corazón. Así
profetizó Isaías y así fue; así fue en el día de Cristo, y así es en nuestros
días. Nadie puede paralizar un principio espiritual, porque nunca falla. La
boca habla y los pies y las manos responden, actuando contra el Señor. La
ciudad capital y la nación llegan a la ruina por un pueblo cuyos corazones son
malignos a los ojos del Señor (v.8).
“Él vino a los suyos y los
suyos no le recibieron” (Jn.1:11). Él fue Emanuel, Dios con nosotros, pero
siendo así, era demasiado grande y maravilloso para que la sociedad de Su día
le recibiera. Los espíritus inmundos clamaron: “¿Qué tienes conmigo, Jesús,
Hijo del Dios Altísimo?”, y hombres malvados corroboraron su conformidad con
los espíritus malignos. Hemos visto suceder lo mismo sobre los siglos en la
iglesia. Cuando un predicador es llamado y ungido por el Espíritu de Dios, y
cuando un pueblo, movido por el Espíritu, responde, se levantan a una personas
malas, aunque muchas veces religiosas, contra la presencia del Señor que se
está manifestando. Este principio nunca falla. Cuando Dios empieza a moverse,
observa cómo los hombres se oponen, influidos por poderes malignos.
Con el pasar del tiempo, la
mala condición del corazón se demostrará incluso en las expresiones del rostro
(v.9). El escritor de los Proverbios nos escribe de ojos altivos, y continua describiendo la maldad manifestada en los
miembros del cuerpo (Pr.6:17)… el diablo tomando control total del ser humano.
Lo que fue creado a la imagen de Dios, se cambia en la imagen de Satanás.
“Amontonaron mal para sí”, declara
Isaías. El cuerpo humano llega a ser el medio por el cual los poderes malignos
manifiestan su personalidad, de forma visible. La lección de Sodoma, dada en el
libro de Génesis, continúa repitiéndose por toda la historia humana. Ya, en el
libro de Isaías, Dios identificó a individuos y su sociedad como Sodoma y
Gomorra (1:10). El mismo espíritu que gobernaba a esas dos ciudades regresa vez
tras vez; hombres con corazones malos se someten a ellos en palabra y hechos,
hasta que toda la sociedad se pervierte totalmente y deja de ser un lugar
apropiado para el desarrollo de la vida humana. Seguramente, en estos días,
todo el planeta ha amontonado mal para sí, prefiriendo y poniendo el gobierno
de Satanás sobre la presencia de Dios; la mentalidad de diablos sobre la
palabra de Dios; la perversión del pecado sobre los propósitos soberanos del
Señor; y las fantasías del engaño sobre la realidad de la verdad.
Palabras
a los justos
Ahora, Dios tiene una
promesa consoladora para Su rebaño, el remanente en Israel: “Decid al justo que
le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos” (v.10). Sus ovejas
tienen que ser alimentadas en estos días oscuros, en los que vemos la
manifestación de la maldad que Isaías describe, tan evidentemente
arrodeándonos. Su pueblo, más que nunca, tiene que oír las palabras
consoladoras de su Dios. Cualquier persona puede derrumbar cuando se necesita que
caigan muros falsos, pero edificarlos requiere algo más. El poder destructivo
se demuestra sin mucha ayuda del cielo. Cuando el hombre recibe poder, lo
convierte en bombas atómicas; pero la última manifestación del poder de Dios
está en Su amor, que imparte la vida eterna. Sin embargo, la verdadera
edificación no consiste sólo en palabras positivas de ánimo.
Alimentar a las ovejas de
Dios requiere el amor divino, la sabiduría celestial y la unción del Espíritu
Santo. No obstante, cada verdadero siervo de Dios tiene que compartir un
mensaje bien equilibrado, no según una balanza terrenal, sino por medio de una
buena medida de dones divinos. Cada verdadero predicador y maestro, llamado y
enviado por Dios, debe decir al justo que le irá bien, pero también debe decir
al impío que le irá mal (v.11). “Las obras de sus manos le será pagado”. Los
especialistas que solamente predican positivamente, aunque pueden infiltrarse
en la clínica del Señor, finalmente serán lanzados al Lago de Fuego. Sin
embargo, los que son entrenados por el Gran Médico aprenderán a dar
diagnósticos fieles y verdaderos.
Pervirtiendo
los propósitos de Dios
Tenemos que ser muy
cuidadosos en escuchar cuando Dios se expresa con pasión… “¡Oh pueblo mío!” (v.12)
(La versión de la Biblia Textual discierne que la frase hebrea debe traducirse
en español con un oh y signos de
exclamación). Él clama y se entristece. Si estás permaneciendo apegado a la
vid, sentirás el palpitar de Su corazón. Él protesta seriamente porque todos
Sus propósitos están siendo rechazados y Sus intenciones están siendo
pervertidas. Su casa de oración se ha convertido en una cueva de ladrones. Los
jóvenes no deben ser opresivos y las mujeres no deben gobernar. ¿Sabes lo que
Él quiere decir, o te has acostumbrado a lo que es anormal? ¿Has estado en
hogares cristianos, donde los niños oprimen a toda la casa con su conducta
ruidosa y desordenada? La madre es quien intenta mantener el orden, porque “la
cabeza de la casa” está ocupada viendo el futbol en alguna habitación más
tranquila.
Por supuesto, lo que Isaías vio
es mucho peor, pero el ejemplo que acabo de poner fluye del mismo manantial;
sólo falta tener la oportunidad para alcanzar su potencial. La raíz del
problema son los guías engañosos, que muchas veces son considerados los expertos. Ellos mismos han buscado
las respuestas en lugares equivocados. Los consejeros del pueblo de Dios deben
estar arraigados en las Escrituras, sin embargo, observa los resultados de
éstos… “tuercen el curso de su camino”. Otras definiciones para la palabra
hebrea tuercen el curso son: vacilar, tambalearse, errar. Están
introduciendo una mentalidad desviada que causa que la gente vacile o se
tambalee entre dos caminos: el camino de la verdad bíblica y el de una nueva
doctrina… el resultado es la confusión. Pienso
que Santiago la describiría como “semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Stg.1:6). Hoy en día,
una de las fuentes que más dirige a la confusión, entre los cristianos, es la
psicología, con sus propias doctrinas de auto-expresión
y amor propio.
El Juez, en todos los casos,
es el Señor, y Él litiga y juzga solamente según Su palabra (vs.13-15). No
existe cláusula de otras fuentes. La palabra, y sólo la palabra, le juzgará.
Jesús dijo: “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he
hablado, ella le juzgará en el día
postrero” (Jn.12:48). Sobre esta base, Dios lleva a juicio a los guías, los
ancianos y los príncipes. En la corte, Él presenta como evidencias sus mismas
casas, tanto el exterior como el interior. El costoso y elegante material de
construcción y una decoración extravagante, testifica contra ellos, ya que
fueron conseguidos al costo de la gente común. Han exprimido las uvas y tomado
el vino; han molido el trigo y comido el pan. Han devorado la viña del Señor
como si fuera suya. Las uvas son “mi pueblo” y el trigo molido son “las caras
de los pobres”.
Juicio
contra las hijas de Sion
Al proceder a los siguientes
versículos, una vez más, percibiremos la relevancia del libro de Isaías en la
enseñanza del Nuevo Testamento. Pablo dijo: “Que las mujeres se atavíen de ropa
decorosa, con pudor y modestia” (1Ti.2:9).“Pudor”,
dice el diccionario griego, “con la idea de tener la mirada baja; timidez,
sea modestia hacia los hombres y asombro hacia Dios”. Sin embargo, observa las
señoritas en la sociedad hebrea en el día de Isaías: “Por cuanto las hijas de
Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados;
cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies…” (v.16). Está
mencionando la postura de sus cabezas, la manera en que miran con los ojos y
cómo andan.
Di lo que quieras, señorita,
justificándote para tu propia defensa. También puedes llamarlas normas
antiguas, pero tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, el Señor se
declara enemigo de este tipo de conducta. Estas prácticas las condujo hacia Su
juicio (vs.17,24). Es cierto que Dios mira primero el corazón pero, ¿no
acabamos de aprender, en el versículo 8, que las palabras y los hechos revelan
lo que hay en el corazón? Es el corazón el que provoca la conducta exterior. El
Señor ha declarado que Su juicio eliminará una lista de cosas, enumeradas desde
el versículo 18 hasta el 23; un total de 21 artículos.
Voy a ofrecer algunos
consejos que raramente doy, pero al encontrar una porción de la Escritura que
nos está llamando la atención, ¿qué más puedo hacer además de enfrentarla?
Señoritas (y señoras, posiblemente), si sois serías en vuestro caminar con el
Señor, os sugiero lo siguiente. Por supuesto, algunos de los artículos
pertenecen a otra cultura, sin embargo, considera honestamente esta lista y
sustituye o añade lo que sea necesario para actualizarla. Júzgate bien,
pidiendo sabiduría de Dios para saber si algunas de las cosas revelan orgullo,
inmodestia o un deseo de atraer la atención a ti misma. Si ves que es así, la
primera cosa que tienes que hacer es admitirlo y confesarlo. Después tendrás
que arrepentirte y dar la espalda a lo que sea. Clama a Dios para que Él trate
con lo que hay en tu corazón. Ésta es la parte difícil, y puede ser que pasará
tiempo tratando con ello. De todos modos, esto será mejor para ti que el juicio
severo, como sucedió a las jovencitas de Israel.
Los versículos 25 y 26
añaden a los jóvenes a la narración de juicio. Ellos sufrirán en el combate
directo de la guerra y sus terribles consecuencias. Estas palabras profetizaban
el futuro de Israel y… ¡se cumplieron! Cuando estuve en Orissa, India, las
personas me hablaron de la gran persecución que llegó a ese territorio en 2008.
Muchos de los que se nombraban cristianos fueron golpeados, torturados y
asesinados. Su preocupación, al ver que el ataque era eminente, fue asegurarse
de que su relación con Dios estuviese en orden para no sufrir en vano. En otras
palabras, seguramente iban a sufrir, pero ¿lo harían como verdaderos
cristianos? Parece que en un futuro no muy lejano la persecución llegará a los
cristianos de occidente. ¿Estamos preparados para enfrentarla con corazones
enteramente entregados a Cristo, palpitando fuertemente por Su honor y gloria,
y ardiendo con un amor apasionado para Él?
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