¿Estudias el Antiguo Testamento?
¿Has oído a un hombre decir que no estudia
el Antiguo Testamento y no quiere oír estudios bíblicos, basados en el Antiguo
Testamento? Tomar una posición doctrinal que desafía la clara enseñanza de Jesús y los apóstoles, es una evidencia fuerte de una arrogancia espiritual. Ahora vamos a ver que tan serio... fatal, en verdad... es este
error.
No estoy escribiendo esto para fomentar una controversia. Lo escribo para avisar a los muchos que han escuchado este error y porque sé que algunos lo han aceptado como la verdad. Si es así, yo creo que es tiempo que examinen todo lo que han sido enseñados para ver cuales otros puntos son falsos. Es tiempo que se levanten maestros fieles de la Palabra de Dios... personas que aman a la verdad... las sendas antiguas de verdad... la verdad que existió antes de la fundación del mundo en el Trino Dios. ¡Nueva doctrina es falsa doctrina!
Nuestro estudio bíblico para hoy, el 1 de
junio, 2016, viene de Juan 5:45-47... con cinco puntos de comentario por Albert Barnes.
"No penséis que Yo os acusaré delante del Padre; hay quien os acusa: Moisés, en quien vosotros
habéis puesto la esperanza.
Pero si creyerais a Moisés, me creerías a mí, porque de mí escribió él.
Pero si no
creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?"
1. Muchos que profesan creer a la Biblia, en verdad LA RECHAZAN CUANDO NO
RESPALDA A SUS OPINIONES Y PUNTOS DE VISTA.
2. Es nuestra responsabilidad estudiar la Biblia, para
establecernos en la verdad que Jesús es el Mesías.
3. Las profecías del Antiguo Testamento son pruebas
conclusivas de la verdad del Nuevo Testamento.
4. Él que rechaza una parte de la Biblia, por la misma
razón, rechazará a toda.
5. El Salvador afirmó la verdad de los escritos de Moisés,
edificó a Su cristianismo sobre ellos, los citó probando que Él era el Mesías,
y mandó a los hombres escudriñarles. Tenemos el testimonio de Jesús que el
Antiguo Testamento es una revelación de Dios. Él que rechaza Su testimonio
sobre este tema, tiene que rechazar Su autoridad en su totalidad; y ES EN VANO QUE
UN HOMBRE PROFESA CREER EN EL NUEVO TESTAMENTO, O EN EL SEÑOR JESÚS, SIN
TAMBIÉN AFIRMAR LA AUTORIDAD DEL ANTIGUO TESTAMENTO Y DE MOISÉS.
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