El periodo de los griegos
El
libro del profeta Daniel
“Tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”.
Daniel 12:4
Capítulo 8:1-27 El periodo de los
griegos
1. En el año tercero del reinado del rey Belsasar, se me apareció a
mí, Daniel, una visión, después de aquella que se me había aparecido
anteriormente.
2. Cuando miré en la visión, sucedió que al mirar, yo me
encontraba en la ciudadela de Susa, que está en la provincia de Elam, y vi en la visión que yo estaba junto al río Ulai.
3. Alcé,
pues, mis ojos y miré, y he aquí que un carnero estaba delante del río. Tenía
dos cuernos, y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto creció el
último.
4. Vi al carnero dando cornadas al
oeste, al norte y al sur, y ninguna bestia podía
mantenerse en pie delante de él, y nadie podía librarse de su poder. Hacía lo
que quería, y se engrandeció.
5. Estando yo observando, he aquí, un macho cabrío venía del occidente sobre la
superficie de toda la tierra sin tocar el suelo; el macho cabrío tenía un cuerno prominente entre los ojos.
6. Se dirigió al carnero que tenía los dos cuernos, que yo había
visto parado delante del río, y lo acometió con la furia de su poder.
7. Lo vi venir junto al carnero, y
enfurecido contra él, hirió al carnero y le
rompió los dos cuernos, y el carnero no tenía fuerza para mantenerse en pie
delante de él; lo arrojó en tierra y lo pisoteó, y no hubo nadie que librara al
carnero de su poder.
8. El macho cabrío se engrandeció
sobremanera, pero en cuanto llegó a ser poderoso, el gran cuerno se le rompió,
y en su lugar le salieron cuatro cuernos prominentes hacia los cuatro vientos del
cielo.
9. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho hacia el sur, hacia
el oriente y hacia la Tierra Hermosa.
10. Creció
hasta el ejército del cielo, e hizo caer a la tierra parte del ejército y de las estrellas, y las pisoteó.
11. Se engrandeció hasta igualarse con el Jefe del ejército, le quitó su sacrificio continuo y fue derribado
el lugar de su santuario.
12. Y el ejército será entregado al cuerno junto con el
sacrificio continuo a causa de la transgresión;
arrojará por tierra la verdad y hará su voluntad y prosperará.
13. Oí
entonces hablar a un santo, y otro santo dijo al que hablaba: ¿Hasta cuándo
durará la visión del sacrificio continuo, de la transgresión que espanta, y de
que el lugar santo y el ejército sean pisoteados?
14. Y le respondió: Por dos mil trescientas tardes y mañanas; entonces el
lugar santo será restaurado.
Ahora Daniel escribe en hebreo para su
pueblo, porque esta visión tiene consecuencias que afectarán a “la Tierra Hermosa”. Como sucede con el Antiguo Testamento,
nosotros, los no judíos, tenemos que ser injertados
en la historia, la literatura y la profecía de Israel. Cada gentil tiene
que humillarse y acercarse a esta pequeña tierra que Dios ha elegido para Sí. Tenemos
que recibir las enseñanzas de Su pueblo, como lo hicieron muchos, en tiempos
del Antiguo y Nuevo Testamento.
Un profeta no recibía iluminación divina
por el poder de su voluntad, sino según el propósito de Dios. Él es quien elige
lo que quiere revelar, así como el tiempo y lugar en el que hacerlo. El hombre
no tiene nada que ver en esto, solamente debe estar dispuesto y a Su
disposición. El sueño de Daniel aconteció al principio del reinado de Belsasar,
en el año 553 a.C. y ahora, dos años después, en el 551 a.C., tuvo esta visión
adicional. Ahora, estando en Susa, junto al río Ulai, alzó sus ojos.
El sueño anterior tenía que ver con cuatro
bestias, pero la visión reveló más sobre dos de ellas. El oso ahora se
representa como un carnero con dos cuernos, uno sobre el otro, pero el más alto
apareció después. Este capítulo muestra al leopardo del capítulo 2 como un
macho cabrío con un cuerno “prominente”.
Se trataba de una visión progresiva, ya que añade nuevos detalles al sueño
anterior. Hay un principio espiritual que tiene que ver con un proceso
progresivo que obra en la vida de cada creyente: “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento
hasta que el día es perfecto” (Pr.4:18).
Daniel (si estaba físicamente o si sólo fue
en visión, no sabemos) estaba en la que sería la futura capital de Persia, la
ciudad de Susa, a unos 400 km. de Babilonia, que era una fortaleza en el tiempo
de Belsasar. Estaba situada en la provincia de Elam, próxima a la provincia
central de Babilonia. Ester vivió en el palacio de la ciudad cuando Persia
estaba en auge y reinaba sobre 127 provincias, desde Etiopía hasta la India. El
río Ulai fluía por un lado de la ciudad y entraba en los ríos Tigris y Éufrates.
Alejandro Magno |
El carnero estaba en la orilla del río
Ulai, conquistando en todas direcciones sin ninguna oposición. Entonces, un
macho cabrío vino desde el oeste, tan rápidamente, que sus pies ni siquiera
tocaban la tierra, y con gran furia atacó al carnero. Era tanta su ira, que le
derribó y le pisoteó, rompiéndole los dos cuernos; ahora, el carnero estaba indefenso,
sin nadie que le ayudara.
Cuando el macho cabrío tomó el poder, su cuerno fue
quebrado y otros cuatro cuernos tomaron su lugar. Uno de estos cuernos es
especialmente importante en la profecía, aunque al principio se trataba de un “pequeño cuerno”. Se engrandeció al
sur, al oriente y en “la Tierra Hermosa”.
Este cuerno podía entrar en las esferas espirituales, levantándose contra los
propósitos y gente, elegidos por el cielo, representados aquí como estrellas. Tuvo
cierto éxito en la guerra espiritual, logrando hacer caer a algunas de las
estrellas y, como hizo su predecesor, pisoteó a sus enemigos derrotados.
Debido a su grandeza, osó desafiar al Jefe del
ejército, el Mesías venidero, a quien apuntaban todos los sacrificios de los
judíos. Dirigió su ataque contra el templo, es decir, el santuario,
especialmente, a los holocaustos, ofrecidos cada mañana y tarde. Debido a la
transgresión del pueblo, le fue dado poder para derribar el santuario y
prosperar, arrojando la verdad por tierra.
Sin embargo, su éxito fue algo provisional, como sucede
con la prosperidad de todos los hombres y demonios. Un santo habló y otro le
preguntó algo para el beneficio de Daniel, y también para el de todos los
lectores, el judío primero, y también para todos los que se aproximan a Dios
por medio de la palabra de los judíos y su profeta, Daniel.
La pregunta tenía que ver con el tiempo que
duraría el éxito del cuerno contra el sacrificio continuo y en pisotear el
templo y al ejército de estrellas. Fue utilizado un término que, en forma
semejante, aparecerá hasta terminar el libro… la versión LBLA lo llama “la transgresión que espanta”, y la
RV60, “la prevaricación asoladora”.
Jesús lo designó como, “la abominación
desoladora” (Mt.24:15). El primer santo dio la respuesta y declaró que serían
dos mil trescientos días de sacrificios de la tarde y la mañana (6 años y 110
días), antes de que todo volviese a la normalidad, según Dios lo había
ordenado. Esto sería de suma importancia para los judíos en el futuro y, debido
a que Daniel lo escribió en hebreo, la profecía les fue dirigida a ellos.
15. Y sucedió
que después que yo, Daniel, había visto la visión, y trataba de comprenderla,
he aquí, vi de pie, ante mí,
uno con apariencia de hombre.
16. Y oí
una voz de hombre entre los márgenes del Ulai, que
gritaba y decía: Gabriel, explícale a
éste la visión.
17. Él se acercó
adonde yo estaba, y cuando llegó, me aterroricé y caí sobre mi rostro, pero él
me dijo: Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del
fin.
18. Mientras él
hablaba conmigo, caí en un sueño profundo con mi rostro en tierra; él me tocó y
me hizo incorporar donde yo estaba.
19. Y dijo: He aquí, te voy a dar a conocer lo que sucederá al final de la
ira, porque se refiere al tiempo señalado
del fin.
20. El carnero que viste, con los dos
cuernos, representa a los reyes de Media y de Persia.
21. Y el macho cabrío peludo representa al reino de Grecia, y el cuerno grande que
está entre sus ojos es
el primer rey.
22. Y el cuerno roto y los cuatro cuernos
que salieron en su lugar representan cuatro reinos que se
levantarán de su nación, pero no con su poder.
23. Y al final de su reinado, cuando los
transgresores se acaben, se levantará
un rey, insolente y hábil en intrigas.
24. Su poder será grande, pero no por su propio poder; destruirá en forma extraordinaria, prosperará y hará su
voluntad; destruirá a los poderosos y al
pueblo santo.
25. Y por su astucia hará que el engaño prospere por su influencia; él se engrandecerá en su corazón, y destruirá a muchos que están
confiados. Aun se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será
destruido sin intervención humana.
26. Y la visión de las tardes y de las mañanas que ha sido relatada,
es verdadera; pero tú, guarda en secreto la visión, porque se refiere a muchos días aún lejanos .
27. Yo, Daniel, me sentí agotado y enfermo algunos días. Después me levanté y
atendí los asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no
había nadie que la interpretara.
Cuando
Dios permite a una persona tener una experiencia extraordinaria, no es solamente
para experimentar algo milagroso, sino porque tras ello hay un significado.
Daniel buscó la interpretación de la visión. Un ser, como un hombre, al que Dios
hablaba, llamándole Gabriel, un poderoso
de Dios, estaba delante de Daniel y se le acercó. Es la primera vez que, en
el Antiguo Testamento, se da el nombre del ángel.
Siglos después, este mismo ángel se le aparecerá a un aldeano,
sacerdote anciano, llamado Zacarías, de las colinas de Judea, que estaba
sirviendo por un mes en el templo de Jerusalén. Probablemente, fue la primera y
última vez que tuvo tal privilegio. Gabriel se le apareció “a la derecha del altar del incienso” (Lc.1:11,19), anunciándole el
milagroso nacimiento de su hijo, Juan Bautista. Al sexto mes del embarazo de su
mujer, Gabriel se apareció a una joven virgen, llamada María, declarándola que
sería la madre del niño Cristo.
Conoceremos más acerca de Gabriel en este libro. La
presencia de un ángel aterrorizó al hombre de Dios, que cayó sobre su rostro “en un sueño profundo”, y sólo por el
toque del ángel pudo avivarse. Imagínate el impacto producido en Saulo de Tarso
y el apóstol Juan, al tener un encuentro con el Hijo de Dios glorificado.
En primer lugar, Gabriel le hizo saber acerca del
tiempo del cumplimiento de esta visión, llamándolo el “tiempo del fin”. Después, el ángel definió más claramente el
tiempo como “al final de la ira… el
tiempo señalado del fin… y al final de su reinado”. En este caso, “el tiempo del fin” se refiere al
cumplimiento de todas las cosas reveladas en esta visión, marcando el fin del
periodo de los griegos.
Quizás habías discernido la interpretación del carnero
y el macho cabrío, ya que los habíamos visto como la segunda y tercera bestias en
el sueño de Daniel. Ahora, claramente, el ángel revela que el carnero
representa al reino medo-persa. Media era el reino más antiguo, después se
formó Persia, que era el más poderoso de los dos.
El macho cabrío era Alejandro Magno que, con un
pequeño ejército de treinta y cinco mil hombres, vino desde poniente y, en
solamente doce años, conquistó el mundo entero. Se dice de él que lloró por no
tener nada más que conquistar en el mundo, y murió a la edad de 33 años. Él
representaba la furia griega, causada por las repetidas invasiones de los
persas. Los griegos, aunque no llegaron a ser conquistados, nunca se olvidaron
de las malas intenciones de los persas. Alejandro extendió la cultura y
lenguaje de Grecia por todo el mundo, pero “el cuerno fue roto” debido una
muerte temprana. Sus conquistas fueron divididas, después de veintidós años de
conflictos entre sus cuatro generales… “hacia
los cuatro vientos del cielo”.
Ninguno de estos oficiales tuvo el poder de Alejandro,
aunque siguieron esparciendo la cultura y el lenguaje griegos en sus cuatro
dinastías. La influencia griega (la helenización) continuó hasta el tiempo de
Cristo, razón por la que nuestro Nuevo Testamento fue escrito, originalmente,
en griego clásico. Uno de los cuatro generales, el General Seleuco, tomó
control sobre un territorio que incluía Siria, Fenicia, Babilonia y Media. Otro
importante territorio fue tomado por Ptolomeo, e incluía Egipto y Arabia.
Antioco Epifanes |
El termino cuerno pequeño es el mismo que se utilizó en el capítulo 7; sin embargo, no
representan la misma cosa. El pequeño cuerno del capítulo 7 apareció entre diez
cuernos relacionados con el Imperio Romano, y reemplazó a tres de ellos. En
este capítulo, el cuerno pequeño aparece entre cuatro cuernos, relacionados con
el periodo griego. El pequeño cuerno del capítulo 7 describe al Anticristo,
pero el pequeño cuerno del capítulo 8 también tiene un significado importante
para los estudiantes de la profecía. Seguro que Antíoco Epifanes es conocido
por ellos, y cada uno de los lectores de estos comentarios también debe familiarizarse
con él.
Es un prototipo del Anticristo por su maltrato e
interferencia entre los judíos y su adoración. También es un prototipo porque
apareció antes de la primera venida de Cristo, y el Anticristo final vendrá
antes de Su segunda venida. Hay un libro histórico, llamado Macabeos, que describe
los eventos de su día. Antíoco obtuvo la sección siria de la dominación griega,
ocho generaciones después de la muerte de Alejandro, entre el 176 y 164 a.C., y
Antioquia, Siria, era la capital.
Como sucedió con muchas de las naciones enemigas, Dios
le concedió poder para disciplinar a Su pueblo… cuando “los transgresores lleguen al colmo” (v.23, RV60). Antíoco prosperó
por el engaño, fingiendo tener relaciones pacíficas con los judíos al principio.
Terminó su reinado, desafiando al Dios de Israel y al Cristo venidero,
persiguiendo a los sacerdotes y profanando su templo, sacrificando en él una
cerda sobre el altar. El Anticristo actuará de la misma manera en el futuro.
Podemos estar seguros de que también introdujo la
religión pagana e idólatra de los griegos*. En el año 167 a.C., él asesinó a cuarenta
mil habitantes de Jerusalén y vendió cuarenta mil más como esclavos. Hizo que
Jerusalén quedara desolada y que los judíos abandonaran la adoración en el
templo, dando por terminado el sistema de sacrificios. Seguramente, bajo el
juicio de Dios, quebrado por la locura y una enfermedad intestinal, sufrió una
muerte horrible.
Por fin, los dos mil trescientos días se cumplieron y
el poder griego llegó a su fin. Después empezó el periodo romano. Como mencionamos
en el versículo 14, el santuario fue restaurado; se eligió un sacerdocio para
servir y se inauguró una nueva fiesta llamada, en el Nuevo Testamento, “La Fiesta de la Dedicación” (Jn.10:22),
también conocida como “La Fiesta de
Luces”. Hoy en día, toda la ciudad está iluminada con una expresión de
gozo. Probablemente has oído el saludo judío, “¡Feliz Hanukká!” (Janucá). La
fiesta, que aún se continúa celebrando, empieza el 15 de diciembre y dura ocho
días.
*Una razón, entre varias, por la que no estoy,
dogmáticamente, de acuerdo con el drama “cristiano”, especialmente el mimo, que
solamente ha sido popular en la iglesia evangélica durante las últimas décadas,
es porque viene directamente de la religión y cultura griega, que era idólatra y
perversa (la homosexualidad era muy común entre la sociedad griega y a Alejando
Magno se le relacionó, muy justamente, con la homosexualidad). Las mismas
palabras drama y mimo están directamente traducidas del griego. Wikipedia dice: “La actuación temprana del mimo se
originó en la Antigua
Grecia; el nombre se tomó de un
único bailarín enmascarado llamado Pantomimus”.
En los tiempos de Jesús, los romanos habían
adoptado, en gran medida, la cultura y religión griegas, y los teatros eran muy
populares en todo el Medio Este. Existían también en Israel. En el Nuevo
Testamento no tenemos ninguna sugerencia para utilizar el drama con el fin de
presentar el evangelio. Es inconcebible que Jesús y Sus discípulos pudieran
participar de tales cosas. El evangelio es la declaración verdadera de una
realidad verdadera, que se presenta mediante la predicación (proclamación). Presentar
el evangelio fingidamente a través de un drama desacredita el mismo mensaje. El
drama es una manera muy pervertida de presentarlo y, seguramente, Pablo lo
definiría como ‘otro evangelio’.
Jesús utilizó las palabras hipocresía,
hipócrita, o hipócritas, muchas veces en los Evangelios, para condenar la
espiritualidad fingida de su día. Ésta también era una palabra griega,
relacionada con el teatro. Buscando la etimología (el origen) de la palabra,
hallé lo siguiente: “Los antiguos griegos eran apasionados del teatro. Las
palabras (entre otras) drama, hipócrita, pantomima, teatro, nos vienen
del teatro griego, precisamente”.
La definición completa del diccionario griego de
Strongs dice lo siguiente: “Un actor, asumiendo el papel de un personaje (un
actor del escenario), es decir (figurativamente), un disimulador”. Jesús
demostraba Su desprecio por tal actividad, directamente acusando a los
religiosos de ser (como más comúnmente entendían la palabra en su día) “actores
de teatro”.
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