Cuatro bestias
El libro del profeta Daniel
“Tú, Daniel, cierre estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”
Daniel 12:4
Capítulo 7:1-28 Cuatro bestias
1. En el año primero del rey Belsasar de Babilonia, Daniel tuvo un
sueño y visiones en su mente, estando en su cama. Entonces escribió el sueño y relató
el resumen de él.
2. Habló
Daniel, y dijo: Miraba yo en mi visión nocturna, y he aquí, los cuatro vientos
del cielo agitaban el gran mar;
3. y cuatro bestias enormes, diferentes
unas de otras, subían del mar.
4. La primera era como un león y tenía alas de águila. Mientras yo miraba, sus alas
le fueron arrancadas, fue levantada del suelo y puesta sobre dos pies, como un
hombre, y le fue dado corazón de hombre.
5. Y he aquí, otra segunda bestia, semejante a un oso, estaba
levantada de un costado, y en su boca, entre sus dientes, tenía tres costillas; y le dijeron así: "Levántate, y devora mucha carne."
6. Después
de esto seguí mirando, y he aquí, otra más, semejante a un leopardo que tenía
sobre su dorso cuatro alas de ave; la bestia tenía cuatro cabezas, y le fue
dado dominio.
7. Después
de esto seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, una cuarta bestia,
terrible, espantosa y en gran manera fuerte que tenía enormes dientes de
hierro; devoraba, desmenuzaba y hollaba los restos con sus pies. Era diferente
de todas las bestias que le antecedieron y tenía diez cuernos.
8. Mientras yo contemplaba los cuernos,
he aquí, otro cuerno, uno pequeño, surgió entre
ellos, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de él; y he
aquí, este cuerno tenía ojos como los ojos de un hombre, y una boca que hablaba
con mucha arrogancia.
Daniel nos hace retroceder catorce años
atrás, con un sueño que tuvo al principio del reinado de Belsasar. Hasta este
punto, él había relatado el testimonio histórico de sí mismo y sus tres
compañeros en Babilonia. Ellos fueron instrumentos del omnipotente Dios de Judá
y, ante los ojos de gobernantes mundiales, demostraron Su grandeza y le dieron
gloria.
Los babilonios pudieron ver a Dios apoyando
sobrenaturalmente la fidelidad de aquellos jóvenes que decidieron no contaminarse
con las delicias y el vino de Babilonia, y también por la revelación e
interpretación sobrenatural que Daniel recibió del sueño de Nabucodonosor. Él
se manifestó claramente en la milagrosa liberación del horno de fuego; también se
reveló en la interpretación del segundo sueño de Nabucodonosor y en la
interpretación del asombroso texto, escrito con dedos misteriosos, en la pared
del palacio de Belsasar. Finalmente,
manifestó Su poder delante de los persas, al cerrar las bocas de los feroces leones.
Desde el capítulo 2, versículo 4, donde nos
dice que los caldeos hablaron al rey en arameo, Daniel dejó de escribir en
hebreo y empezó a hacerlo en arameo, hasta este capítulo 7, para que el pueblo
en todo el reino lo pudiera leer y conocer al poderoso Dios de Israel. Desde el
capítulo 8, hasta el final del libro, escribió profecías que, principalmente,
tienen que ver con su propio pueblo, por eso volvió a escribir en hebreo.
Es verdad que la cuádruple estatua del
sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2 era más profecía que historia. Sin embargo,
pienso que está relacionada con la imagen que el rey construyó en el capítulo 3
y, por eso, está colocado en su lugar. Además, el sueño era un relato de la
historia de los grandes poderes mundiales y su última destrucción, frente a la
entrada del Reino de Dios sobre la tierra. Debido a que este acontecimiento es
de tremenda importancia para todo el mundo, Daniel confirmó su inmenso significado
al escribir en arameo su propia revelación. Era esencial que todo el mundo tuviera
este conocimiento. Posiblemente lo ignorarán, pero está colocado en la palabra
profética para el beneficio de todos aquellos que lo hagan caso.
Los poderes mundiales,
presentes y futuros, estaban representados en forma de una inmensa imagen, para
un emperador mundialmente importante. Era impresionante y fuerte como los
metales que los representaban; una estructura unida, elevada sobre la población
del mundo. Sin embargo, también reveló la vulnerable debilidad que finalmente
lo llevará a la destrucción.
Pero Dios se lo mostró a
Daniel, Su siervo, de otra manera, y nosotros debemos verlo como él lo vio,
para que no provoque nuestra confianza y adoración. Debemos ver estos poderes
como monstruos salvajes, algo bestial gobernando a la humanidad. Debemos poner
mucha atención cuando un personaje bíblico, específicamente, escribe su experiencia. Está relatándolo
para que sepamos que no lo recibió como algo personal, sino como algo para el
beneficio de otros. Al tenerlo en la Biblia, nos damos cuenta que es algo para toda
la humanidad en todas las épocas. El sueño empieza con vientos tempestuosos
sobre un mar atormentado.
En el lenguaje bíblico,
la palabra viento se relaciona con aliento y espíritu. Como es un sueño que requiere una interpretación, el
viento simboliza espíritus, y este símbolo es constante en toda la Biblia. El
mar simboliza a las poblaciones del mundo, es decir, un mar de humanidad
(Ap.17:15). En el libro de Apocalipsis, capítulo 13, cuando habla de una bestia
que subía del mar, nos está llevando a los últimos tiempos y a un poder mundial
final. Daniel vio a cuatro bestias subir del mar, significando que desde la
población de la tierra surgirán cuatro imperios principales, movidos por
fuerzas espirituales.
Dejaremos las
características anormales de estas bestias hasta considerar después su interpretación.
Ahora, simplemente, notaremos que la primera era como un león, la segunda como
un oso y la tercera como un leopardo. La cuarta no podía ser representada por
un solo animal, de hecho, el relato aclara que “era diferente a todas las bestias que le antecedieron”. Esta bestia demanda más
atención, especialmente porque tenía diez cuernos, uno de ellos especialmente significativo.
9. Seguí
mirando hasta que se establecieron tronos, y el Anciano de Días se sentó. Su
vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana pura,
su trono, llamas de fuego, y sus ruedas, fuego abrasador.
10. Un río
de fuego corría, saliendo de delante de Él. Miles de millares le servían, y
miríadas de miríadas estaban en pie delante de Él. El tribunal se sentó, y se
abrieron los libros.
11. Entonces yo seguí mirando a causa del ruido de las palabras arrogantes
que el cuerno decía; seguí mirando hasta que mataron a la bestia, destrozaron
su cuerpo y lo echaron a las llamas del fuego.
12. A las demás bestias, se les quitó el dominio, pero les fue
concedida una prolongación de la vida por un tiempo determinado.
13. Seguí
mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno
como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante
El.
14. Y le fue dado dominio, gloria y
reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio
es un dominio eterno que nunca pasará,
y su reino uno que no será destruido.
Este es el escenario en el que todo el
mundo debe fijarse y aprender, como Nabucodonosor, “que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a
quien le place” (4:17, 25, 32 y 35). Ninguna de las bibliotecas del mundo
puede abrir la puerta del cielo y dejarnos ver adentro (Ap.4:1-5). Ahora
podemos abrir las páginas del Apocalipsis, comparar y añadirlas a este relato, más
antiguo y básico. Dios se ha revelado a Sí mismo y a Su reino solamente por
medio de Su libro celestial. Si los hombres lo pasan por alto, quedarán
voluntariamente ignorantes y pondrán sus almas en peligro. Daniel escribió en
arameo, el lenguaje principal del Medio Oriente en su día, para que fuese leído
tan lejos como el imperio babilónico alcanzase, por si había personas entre las
multitudes que desearan ser realmente sabias.
Con el sentir de ser muy privilegiados,
podemos mirar a tronos de autoridad inefables y al Anciano de Días tomando Su
lugar sobre ellos. Solamente en este capítulo tenemos esta revelación
específica de Dios con el nombre, El
Anciano de Días. Él es el que existía antes del tiempo, habiéndolo creado,
y Aquel que ha creado todas las demás cosas. Niégale si quieres, pero allí está,
y desde allí reina y juzgará a todos los pueblos. “El que se sienta como Rey en los cielos se ríe” (Sal.2:4), contra
la oposición de los hombres, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande.
Está vestido con la toga de la pureza judicial, incontaminada e
intransigente. El cabello blanco revela Su sabiduría y edad, que no se
debilita. El trono de llamas de fuego, las ruedas de fuego abrasador que lo
llevan y el rio de fuego delante de Él…. brillantez, calor, velocidad… no
intentaré describirlo, solamente decir que consume todo lo que se aproxima a Él.
En esta porción, Su juicio apunta contra la cuarta bestia.
El número de seres celestiales que le acompañan es de miles, y después de
miríadas al cuadrado (el número multiplicado por sí mismo). Nos impresiona por
ser un ejército inmenso que no se puede calcular. En el libro de Hebreos 12:22
también nos habla de “miríadas de ángeles”. Ellos atienden al
Anciano de Días. El tribunal ha empezado la sesión y la evidencia documentada
se presenta debidamente, como sucede siempre con la justicia de Dios. Nadie,
jamás, hallará un fallo en Su juicio.
(pulsa para hacer grande) |
Las palabras jactanciosas y blasfemas de un pequeño cuerno llamaron la atención de Daniel. Las palabras son
fácilmente capaces de exceder el tamaño y dignidad de la persona que las
pronuncia. Que el pequeño hombre finito blasfemara contra el Dios infinito es el
colmo de una arrogancia enloquecida. La bestia que tenía el cuerno fue
destruida, y todo el escenario que representa llegó a su fin ante la sentencia
divina.
Cada uno de los tres imperios anteriores, en un sentido, seguía
existiendo en la forma del siguiente, y finalmente todos fueron incorporados en
la última manifestación del dominio mundial. Quiero decir que, aunque el
dominio posterior dominaba al anterior, sus descendientes existían en el
siguiente. Es lo que significa “se les quitó el dominio, pero les fue
concedida una prolongación de la vida por un tiempo determinado”. Y el tiempo determinado será cuando el
imperio final, en el que seguían existiendo, será destruido.
La destrucción está a punto de acontecer, cuando el Hijo del Hombre aparezca
delante del Anciano de Días. Esta es la Persona, el Hijo del Hombre, que los judíos entendían que era el Mesías
(Jn.12:34) y es el término que Cristo usó a menudo para describirse a sí mismo.
Aquí recibe, oficialmente, de la administración inmutable del cielo, el
dominio, la gloria y un reino. La nube celestial le rodea y, en esta nube de
gloria, Él volverá a la tierra por segunda vez para reinar.
Reinará sobre todos los
pueblos, naciones y lenguas durante mil años en la tierra, y para siempre jamás
en la eternidad. Es un reino que no tendrá rival, que tiene toda la autoridad y
está provisto para gobernar soberanamente sin fin.
15. A mí,
Daniel, se me angustió por dentro el espíritu, y las visiones de mi mente
seguían turbándome.
16. Me acerqué a uno de los que estaban allí de pie y le pedí que me
dijera la verdad acerca de todo esto. Y me respondió, dándome a conocer la
interpretación de estas cosas:
17. "Estas bestias enormes, que son
cuatro, son cuatro reyes que se levantarán
de la tierra.
18. "Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y poseerán el reino para
siempre, por los siglos de los siglos."
19. Entonces quise saber la verdad
acerca de la cuarta bestia, que era diferente de todas las demás, y en gran manera terrible, con sus dientes de hierro y sus
garras de bronce, y que devoraba, desmenuzaba y hollaba los restos con
sus pies,
20. y la verdad acerca de los
diez cuernos que tenía en su cabeza, y
del otro cuerno que había surgido, delante del
cual cayeron tres de ellos, es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que
hablaba con mucha arrogancia, y cuya apariencia era mayor que la de sus
compañeros.
21. Mientras yo miraba, este cuerno hacía guerra contra los santos y prevalecía sobre
ellos,
22. hasta que vino el Anciano de Días y se hizo justicia a favor de los santos del
Altísimo, y llegó el tiempo cuando los santos tomaron posesión del reino.
23. Dijo así: "La cuarta bestia será un cuarto reino en la
tierra, que será diferente de todos los otros reinos; devorará toda la tierra, la hollará y la desmenuzará.
24. "Y los diez cuernos de este
reino son diez reyes que se levantarán,
y otro se levantará después de ellos; él será diferente de los anteriores y
subyugará a tres reyes.
25. "Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los
santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán
entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo.
26. "Pero el tribunal se sentará para juzgar, y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre.
27. "Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo
de todo el cielo serán entregados al pueblo
de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y
todos los dominios le servirán y le
obedecerán."
28. Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos
me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi
corazón.
La reacción de Daniel era proporcional a los
eventos que él había presenciado, revelados desde el cielo, que iban a
destrozar el mundo. Estaba alarmado y angustiado, y se acercó para preguntar a
uno que estaba a su disposición. Zacarías tenía el mismo buen juicio de
preguntar a las fuentes celestiales bien informadas sobre las cosas que ningún
ser terrestre puede resolver. También los discípulos de Jesús buscaban la
interpretación de Sus parábolas. Haríamos bien si nos arrodilláramos sobre una
Biblia abierta, inquiriendo en su contenido.
“Me respondió,
dándome a conocer la interpretación de estas cosas”. ¿No nos anima y nos da
esperanza ver a un Dios que ofrece respuestas a los que tienen suficiente
interés como para preguntarle? Ahora vamos a considerar algunos detalles sobre
las primeras tres bestias. Imágenes de leones con alas, literalmente, guardaban
los palacios de Babilonia. Las alas arrancadas y la restauración de un corazón
de hombre nos hablan de la caída y la restauración del emperador Nabucodonosor.
El oso es el imperio medo-persa, levantado sobre
el costado persa, que era el más poderoso. Devoraba a otros reinos de alrededor.
Grecia, como un leopardo, toma su lugar, representando especialmente las
conquistas de Alejandro Magno. Él reinó desde Europa sobre África y hasta la
India. Cuatro generales, después de un conflicto que duró 22 años, dividieron
su reino y gobernaron sobre Macedonia, Asia Menor, Siria y Egipto. Aprenderemos
más sobre estos imperios en los siguientes capítulos.
Sin embargo, es la cuarta bestia, que es tan
diferente, la que llama la atención de forma especial a Daniel y a todos los
estudiantes de la Biblia. Antes de entrar en la interpretación, el informante
nos asegura del resultado final y positivo, que estudiaremos un poco más
adelante. La cuarta bestia es el imperio romano, el cual vimos en el capítulo 4
que estaba tipificado por el hierro; aquí los dientes de la bestia son de
hierro. Sigue existiendo como Europa, un estado dividido, que se avivará y
aliará en los últimos tiempos antes del regreso de Cristo a la tierra. Esta bestia será terrible, espantosa y, en
gran manera, fuerte.
Tenía diez cuernos, que simbolizan diez poderes
políticos, como sucede siempre con los cuernos en la Biblia (Ap.17:3,7,12,13,14).
El undécimo cuerno que aparece es el más espantoso y peligroso. Los tres
cuernos anteriores fueron arrancados y él toma su lugar, así que al final
tenemos ocho. Él es el pequeño cuerno y
es el Anticristo. La profecía de Daniel coincide con la de Juan, y no tenemos
que dudar sobre la interpretación.
Daniel declara que hará guerra contra los santos
(v.21) y, poco después, dice que afligirá a los santos (v.25). Me hace pensar
de los discípulos en el barco, a los que Jesús vio “remar fatigados” contra el viento y las olas. Figurativamente está
hablando de espíritus y hombres unidos contra ellos para afligirles. Juan nos
habla de la bestia en el capítulo 13 y su guerra contra los santos (13:7). El
cuerno tiene ojos como los de un hombre y una boca que habla, lo cual demuestra
su humanidad.
El periodo específico de tres años y medio (un
tiempo, tiempos, y medio tiempo), se origina en el libro de Daniel y continua
en el libro de Apocalipsis. En su tiempo, el pequeño cuerno intentará cambiar
los tiempos y la ley. Será un maestro de la perversión, llamando a lo malo
bueno, y a lo bueno malo, e intentará desautorizar todo lo que Dios ha
establecido.
Con la misma oposición que observamos aquí, en
Apocalipsis 13:10 dice: “Si alguno es
destinado a la cautividad, a la cautividad va; si alguno ha de morir a espada,
a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos”. Aunque muy afligidos por la
persecución del Anticristo, ellos esperarán en Dios. La sesión del tribunal de
Dios comenzará y el gobierno del Anticristo le será quitado y jamás se
levantará otra vez.
Mientras
el Señor revela los detalles del terrible y final dominio del hombre en la
tierra, hace tres referencias al resultado final (vs.18,22,27). Los santos de
Dios, finalmente, recibirán el reino y reinarán con Cristo. Esto también es lo
que enseñaban los apóstoles. Pablo, por ejemplo, enseñó: ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo… no sabéis que hemos
de juzgar a los ángeles?” (1Co.6:2-3). “Si
perseveramos, también reinaremos con Él” (2Ti.2:12). Juan añade en
Apocalipsis 5:9-10: “Con tu sangre
compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has
hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra”.
A pesar
de todo, Daniel está grandemente alarmado, hasta tal punto que el color de su
piel lo demuestra. Las revelaciones espirituales, perfectamente, pueden afectar
físicamente al cristiano. A. W. Tozer confesó: “No soy tan feliz como pudiera ser”. Estar despierto
espiritualmente y poder ver los horizontes de la realidad, no siempre es una
experiencia feliz.
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