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Lowell Brueckner

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15 - 21 Enero Meditaciones diarias de los Salmos

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15 de Enero Salmo 4:1-2

1. Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia,
     tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2. Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la
     vanidad, y buscaréis la mentira? Selah

  David sabe que Dios es la raíz de su justicia. Puede ver claramente que Él es
quien está obrando en su ser, y no su propia justicia. Reconoce que la ha recibido
por medio de la obra de Dios en él. Sencillamente, David ha sido guiado por la
senda de justicia que existió antes de que él naciese. Según el plan del Señor, sus
antepasados hallaron esta senda y sus descendientes seguirán caminando por ella.
  Después de que David acabara de hablar con Dios, pudo hacerlo con los
hombres, simples hijos de hombres injustos que están en un estado impiadoso.
Cambian la verdad de Dios en una mentira, haciendo que nada sea algo; entonces
lo aman y lo adoran. Buscan destruir la clara manifestación del poder de Dios
y Su deidad eterna. Están tan lejos de Dios que sus sentidos han sido enteramente
invertidos. La gloria se ha cambiado en vergüenza, se sienten completos en la
vanidad, y la mentira les parece ser verdad. Tienen que luchar en su rebeldía y
esconderse de Dios continuamente para mantener este estado anormal. Son como
la pelota que se tiene que mantener debajo del agua con la mano para que no
venga a la superficie. Tienen que practicar su incredulidad, pasar horas estudiando
sus mentiras, y cuidadosamente evitar exponerse a la luz de Dios.
Desesperadamente, siempre encuentran maneras de estar ocupados para no
enfrentarse con la realidad. Si es que un día se encuentran en un lugar donde la
palabra de Dios es enseñada, tienen que dormir o dejar que sus mentes sean
desviadas.


16 de Enero Salmo 4:2-4

2. Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la
     vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
3. Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando
     yo a él clamare.
4. Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama,
     y callad. Selah

  La única esperanza para la gente en general, es estar en contacto con los que
dan testimonio de Dios. En lugar de burlarse de ellos, tienen que empezar a fijarse
en que estas personas han sido apartadas para Él. ¿Por qué son tan diferentes?
Los testigos verdaderos no deben intentar ser como los demás, sino diferentes
en una manera sobrenatural. Tienen otra fuente de apoyo y un entendimiento
misterioso sobre la vida y la realidad.
  Si un pagano tiene un conocimiento personal de los piadosos, esto tendrá
resultados. Cuando la realidad llegue a su corazón, se despertará de los años
perdidos en la preparación y pensamientos falsos. Verá la vanidad y el peligro
de su situación. Cuando este versículo es citado en Efesios 4:26, el significado
de “temblar” abarca “airarse”, es decir, el incrédulo sentirá una ira profunda, pero
ahora no contra los justos, sino contra sí mismo y sus engañadores. Decidirá
deshacerse de sus pecados. Por fin, estará tranquilo meditando, mientras que la
luz y la verdad se derraman en su corazón. En lugar de encender la televisión,
abrir una revista o escuchar música, empezará a contemplar su situación
seriamente. Entonces la pregunta dominante será: ¿en qué condición se encuentra
mi alma?”


17 de Enero Salmo 4:5-6

5. Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en Jehová.
6. Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros,
     oh Jehová, la luz de tu rostro.

  Aquí vemos algunos pasos necesarios y prácticos. Uno tiene que ofrecerse a
Dios como una ofrenda de paz, dejar la búsqueda de cosas e intereses mundanos,
y rendirse con todo el corazón a confiar en el Señor. Cristo se ofrece como un
Salvador personal por medio de Su sacrificio y Su sangre.
  Una vez que esto suceda, un mensaje de esperanza seguirá a los que digan:
“¿Quién nos mostrará el bien?” La persona mundana tiene razones para estar
oprimida, y si piensa sincera y honestamente, llegará a la conclusión de que: “¡no
hay esperanza!” Solamente la luz del rostro de Dios vencerá la oscuridad. ¡Trae
luz, Señor! ¡Trae avivamiento!


18 de Enero Salmo 4:7-8

7. Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano
     y su mosto.
8. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces
     vivir confiado.

  Los que son “apartados” para Dios (v. 3), y sacan de una fuente misteriosa,
demuestran emociones sorprendentes. Los incrédulos, para llenar el vacío existente
en ellos y alentar sus almas, necesitan tener una cosecha abundante de grano y
uvas. En cambio, los que son de Dios, sonríen aún en tiempos de escasez y cuando
aparentemente no hay razones por las que estar gozosos. Tienen un pozo interior,
cuya provisión proviene de la fuente celestial que rebosa en tiempos inesperados.
  El Señor es el defensor y protector del que confía en Él, quien puede dormir
en paz aunque no tenga una seguridad visible. Tenemos que darnos cuenta de
que la confianza del salmista era singular: “Sólo tú, Jehová...” Una confianza
dividida arruina la paz. Los que secretamente buscan algún apoyo terrenal no
engañarán a un Dios celoso. Solamente una confianza completa puede satisfacerle
y calmar Sus celos. “El justo por la fe vivirá”. En la Biblia de Martín Lutero fue
hallada una palabra escrita junto a este versículo: “sólo”.


19 de Enero Salmo 5:1-2

1. Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi gemir.
2. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.

  Otra vez, la oración es el tema de un Salmo de David. Es una súplica dirigida
a Dios para que oiga las palabras de un ser mortal. ¿Cómo es que un ser tan
insignificante puede captar la atención del Omnipotente? Sin embargo, Él es Dios
de lo que es pequeño, igual que de lo que es grande. Ningún sonido carece de
significado: ni el graznido del cuervo, ni el chirrido del grillo, ni el zumbido de
la mosca. Dios oye, no solamente las palabras comprensibles, sino también el
suspiro y el gemido. Nos oye por la forma establecida de comunicación, pero
también presta atención a lo que sale del alma angustiada, que solamente se
expresa con llantos y gemidos. El Espíritu Santo agita las emociones del hombre
interior y le hace orar, no solamente con palabras, sino “con gemidos indecibles”.


20 de Enero Salmo 5:2-3

2. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
3. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti,
     y esperaré.

  David tiene un Señor (Jehová), un Rey y un Dios. La majestad suprema del
Trono Celestial humilló al rey más grande del mundo de aquella época. Él ve su
posición extremadamente pequeña comparada a la potencia del cielo. El trono
de David está sujeto al trono de Dios. Es su deseo que Él mande y domine sus
asuntos de gobierno.
  Él no quiere reinar sin su Rey supremo. Cuando empieza el nuevo día, la
prioridad de David es captar el oído de Dios. Mira más allá de lo que el mundo
demanda, y mantiene un equilibrio celestial. Él juró que así sería, para no caer
en el engaño de un mundo malvado. El cordón umbilical de la madre Jerusalén
tiene que permanecer intacto con su hijo en la tierra.


21 de Enero Salmos 5:4-8

4. Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará
     junto a ti.
5. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen
     iniquidad.
6. Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador
     abominará Jehová.
7. Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; adoraré hacia
     tu santo templo en tu temor.
8. Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; endereza delante de
     mí tu camino.

  Si esperamos tratar asuntos con Dios, tenemos que mantenernos libres del
pecado. Dios no puede morar donde está el pecado, de igual manera que nosotros
no podemos vivir con un dolor de muelas. Sus placeres le rodean y, si nosotros
queremos vivir cerca de Él, tenemos que mantenernos limpios de la maldad del
mundo. La sabiduría más desarrollada de la tierra es insensatez en el cielo, y
ninguno que confía en ella puede estar delante de Dios.
  La Biblia nos informa claramente acerca del odio de Dios, característica divina
que tenemos que aceptar. Dios no solamente odia la obra de iniquidad, sino
también al que la ejecuta. Si el pecador no se aparta de su pecado, él será un hijo
de ira, destinado a la destrucción eterna. El Señor abomina al mentiroso, al violento
y al engañador. Piensa en esto, ¡les abomina! Él es inalterable. Nosotros podemos
endurecernos a tales cosas hasta el punto de dejar de ser afectados por ellas. Nos
acostumbramos y las toleramos. No es así con Dios. Él aborrece cada mentira
y cada hecho de violencia con el mismo aborrecimiento que sintió cuando fueron
cometidos por primera vez.
  David tuvo siempre temor de Dios al adorarle. No se alejó de Su casa, sino que
quiso estar cerca del asiento de la misericordia abundante (v. 7). Pidió a Dios que
le guiase en el camino de la justicia (v. 8).


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